¿Qué tiene que ver un
pequeño y helado país nórdico con el futuro de la humanidad?
Por: Edwin Francisco Herrera Paz. En el libro que escribí
junto a José María, llamado PENSANDO FUERA DE LA CAJA, publiqué un artículo en el que propongo un nuevo tipo de
sistema político llamado noocracia democrática. Al parecer la idea de un
sistema no ha calado aun en la psiquis del público, y creo que es por
“incomprendido”. Por ello, y debido a que todavía ningún periodista me ha
entrevistado para aclarar las dudas sobre la noocracia democrática, tomé lápiz
y papel, y grabadora en mano decidí “YO MISMO” hacerme una entrevista a “MI
PERSONA”. A continuación transcribo el texto de dicha entrevista.
“YO
MISMO: ¿Qué es la Noocracia Democrática?
MI PERSONA: Es un nuevo
sistema político basado en la evolución natural de la tecnología en la moderna sociedad
humana, tomada esta como una fracción del universo mucho más amplio de los
sistemas biológicos.
Su nombre deriva de dos
palabras: 1) Noocracia, que básicamente es un sistema político propuesto por el
filósofo griego Sócrates y que etimológicamente significa noos = intelecto y Kratos =
poder. Es decir, el poder en manos del intelecto. Y 2) Democracia, derivada de los
vocablos griegos demos = pueblo y Kratos. Para Platón, la noocracia es la
aristocracia de los sabios encabezada por un filósofo rey que guiaría al mundo
por el camino correcto. Para Sócrates la noocracia debía substituir a la
democracia, por lo que ambos términos parecen ser en principio opuestos y
contradictorios.
Sin embargo en la
modernidad surgen diversos términos alusivos a la sabiduría de la colectividad,
como noosfera, y finalmente Mikhail Epstein redefine la noocracia como el poder
en manos de la inteligencia colectiva. Y es que en la actualidad, la educación
de calidad ha llegado tanto a las masas que el término noocracia aplicado a un
regente sabio ya no tiene sentido. Los mandatarios en todo el mundo pueden
ostentar títulos de postgrado, o a lo sumo, son asesorados por un pequeño grupo
de intelectuales expertos en las diferentes ramas del saber.
YO
MISMO: ¿Pero entonces no son ya muchos estados actuales noocracias y a la vez
democracias puesto que son encabezados por mandatarios muy bien educados
electos por el pueblo?
MI PERSONA: En
realidad, los sistemas políticos actuales no son ni lo uno ni lo otro, lo cual
explico a continuación. La noocracia en el sentido antiguo ha demostrado ser
insuficiente para la complejidad actual de los sistemas sociales. Un gobernante
acompañado de un grupo de asesores y ministros se ha vuelto incapaz de conocer
y comprender todas las variables que actúan en el seno de un sistema social complejo,
constituido por diversas organizaciones y colectividades que cambian en tiempo
real, en el que aparecen propiedades emergentes a diario gracias a la rápida
convergencia entre tecnologías.
En nuestras sociedades
modernas el cambio es la norma, y lo que fue ayer, mañana ya no es. En los
sistemas rápidamente cambiantes es imposible tomar decisiones acertadas basadas
en el conocimiento propio y la experiencia personal, por muy bien educado que
sea un gobernante. Se hace entonces indispensable un sistema para “censar” los
cambios en tiempo real, o tal y como lo dice Joshua Cooper Ramo en su éxito de
librería: “The Age of the Unthinkable:
Why the New World Disorder Constantly Surprises Us And What We Can Do About
It”, el sistema social debe ser tratado en tiempo real, utilizando medidas
similares a las que se observan en los sistemas inmunes de los seres humanos.
De esa manera, las soluciones a los diferentes problemas sociales se podrían
plantear también en tiempo real, algo imposible para un puñado de hombres.
Por otro lado los
sistemas políticos presentes que pretenden ser democracias, tampoco lo son, en el
sentido amplio aplicado por los griegos antiguos. En la verdadera democracia
todos los ciudadanos tienen la oportunidad de participar en los asuntos de estado,
a diario y mientras se ventilan. En las mal llamadas democracias actuales, los
ciudadanos escogen a unos cuantos individuos que los representarán por unos
años en la toma de decisiones y la administración del estado, pero resulta que
esos representantes generalmente no actúan en representación de los electores
sino de los poderosos grupos que les financian sus campañas políticas. Quien
piense que muchas de las actuales estructuras de poder nacional alrededor del
mundo son democracias, o es un iluso, o está más perdido que “El Naufrago”, con
Tom Hanks.
YO
MISMO: ¿Y cómo piensa que sería una verdadera noocracia democrática?
MI PERSONA: Bien, comencemos
con el término democracia. Las modernas investigaciones han demostrado que
siempre la colectividad es mucho más certera que un solo individuo a la hora de
evaluar algún asunto. Por ejemplo, si usted pide a un grupo de alumnos en un
aula que calculen a ojo de buen cubero la temperatura ambiental, es posible que
todos se equivoquen. Eso es porque es muy difícil para una persona evaluar la
temperatura ambiental, y es por eso que utilizamos esos aparatos en los que la
altura de una columna de mercurio representa la temperatura, que se llaman
termómetros. Lo interesante de eso es que, aunque todos los alumnos se
equivoquen en su estimación personal, lo más probable es que el PROMEDIO de todas las medidas se
acerque muchísimo al valor correcto. Esta, al parecer, es una propiedad
emergente de la colectividad que se ha dado en llamar “inteligencia
colectiva”.
La inteligencia colectiva no es la única propiedad emergente de la colectividad. Se ha
demostrado que en la naturaleza lo usual es el acoplamiento de los ritmos, es
decir, la sincronización. Siempre que encontramos diversos objetos del mismo
tipo en movimiento la tendencia es a sincronizase. Los organismos biológicos se
sincronizan de diversas formas con el objeto de efectuar acciones coordinadas
para el bien de la colectividad. Ejemplos notables son el movimiento coordinado
de cardúmenes, parvadas y manadas, la sincronía en las acciones de caza de
muchos depredadores, y el censo de grupo en las bacterias. Es entonces la
inteligencia colectiva junto con la sincronización la que hace que una sociedad
de organismos biológicos se comporte como un superorganismo, en donde todos se
conducen hacia el mismo fin por el bien de cada uno, pero que resulta en algo:
una acción o una cualidad enteramente nueva.
Entonces, en una
sociedad humana es la libre participación de cada uno en las decisiones del
grupo a cada momento, en tiempo real, la verdadera democracia.
Ahora echémosle un
vistazo al término noocracia. Según la concepción socrática el mejor sistema de
gobierno es la noocracia porque se basa en la sabiduría de un hombre. Sin
embargo, como apuntaba anteriormente, un grupo de organismos o seres humanos se
comportará, en promedio, de una manera más sabia que el más sabio de esos
organismos. Esto ya fue escrito hace muchísimos años por un hombre considerado
por muchos como el más sabio entre los sabios. El rey Salomón dice en
Proverbios 11:14: “Donde no hay buen consejo, el pueblo cae, pero en la ABUNDANCIA DE CONSEJEROS está la victoria”.
Ahora bien, si de
alguna manera lográramos que en un determinado país o ciudad los individuos más
sabios en un tema o disciplina, es decir, con un mayor dominio de un área del
conocimiento, fueran los encargados de analizar y tomar las decisiones de la
sociedad sobre ese determinado tema, entonces estaríamos utilizando el enorme
poder de la inteligencia colectiva en beneficio de esa sociedad: una verdadera
noocracia. Si además, la participación de esos ciudadanos expertos se realizara
voluntariamente, en libertad, sin intereses personales mediando, entonces
estaríamos hablando de una verdadera noocracia democrática. La aparente
contradicción de términos antagónicos se ha zanjado en una elegante síntesis.
YO
MISMO: Parece que lo que usted pretende es repartir el poder de decisión en los
asuntos de estado entre todos los ciudadanos de un país. ¿Pero es que acaso no
es eso lo mismo que decir comunismo?
MI PERSONA: La
respuesta es un rotundo NO. La realidad es que, tradicionalmente, cuando hemos
hablado de comunismo, socialismo o capitalismo, hemos hablado más de sistemas
económicos que de verdaderos sistemas políticos. En el capitalismo puro es el
libre mercado el que dicta los precios de los bienes y servicios y el que
determina la distribución del capital entre los ciudadanos. En la cúspide, en
la cima del poder, siempre estarán los que acumulen más capital. Un pequeño grupo de individuos que terminan dictando las pautas a seguir, compuesto por
los dueños del capital, principalmente prestamistas y banqueros y otras
especies de burguesías.
En el comunismo o el socialismo, las reglas económicas,
como la repartición de los bienes y servicios y los salarios de los ciudadanos,
las dictan y manejan un pequeño grupo de entes gubernamentales, siempre al
servicio o íntimamente interrelacionados con los dueños del capital,
principalmente prestamistas y banqueros y otras especies de burguesías. Estamos
hablando entonces de dos caras de la misma moneda. El hecho de que nos hagan
parecer que un sistema político en particular es una democracia en la que los
ciudadanos tienen el control, o de una dictadura controlada por un solo
individuo, es irrelevante. En la realidad nunca los ciudadanos tiene el
control, y siempre los dueños del poder económico lo tienen.
En la noocracia
democrática esto cambia. Se trata de un sistema político verdaderamente
diferente en el que el poder ya no está a cargo únicamente de un grupo élite
excluyente, sino también de todos y cada uno de los ciudadanos de la comunidad.
Una noción radicalmente nueva que no solamente se acerca al verdadero concepto
de democracia, como en la antigua Grecia, sino a un tipo de democracia más
sabia que canaliza el enorme potencial de los recursos intelectuales para el
bien de la sociedad. En este sistema el poder de decisión en los asuntos
públicos es el que se reparte, no el capital. En realidad, en el ámbito de la
noocracia democrática el sistema económico pasa a un segundo plano, ya que la
colectividad se encargará de escoger el mejor esquema económico, aquel que en el
equilibrio, beneficie a una fracción mayor de la sociedad con el mínimo de
daños.
YO
MISMO: ¿Y no es eso algo parecido a la utopía marxista?
MI PERSONA: No. Yo no
pretendo que desaparezca el estado. Todo sistema está mejor conformado cuando
hay una cabeza, por lo cual el estado NO DEBE desaparecer. Lo que pretendo es
que el resto del cuerpo colabore con esa cabeza por el bien de todo el
organismo. En el sistema de pesos y contrapesos determinado por los tres
poderes del estado, se deberá instaurar un cuarto poder. Es decir, el poder se
deberá repartir en cuatro partes y cada poder deberá continuar siendo
independiente de los otros. Pero es ese cuarto poder en manos de la
inteligencia colectiva el que proveerá la sabiduría y el empuje necesarios para
que la humanidad entre en un nuevo nivel de crecimiento tecnológico y social,
hacia el superorganismo mundial y el transhumanismo.
Reconozco que los
sistemas de alternancia en la administración pública, las mal llamadas
democracias, podrán acoger este sistema de una manera más natural que las
autocracias, ya que en estas últimas el poder deberá ser dividido en partes
iguales con la inteligencia colectiva, una probabilidad remota en una dictadura.
Sin embargo una vez implementada la noocracia democrática, el tipo de sistema
político anterior a esta será irrelevante. De nuevo, será el poder de la
colectividad el que determine las mejores soluciones a cada aspecto del sistema
social y los derroteros finales en pos del bienestar general.
YO
MISMO: ¿No cree usted que habrá una fuerte oposición a este sistema por parte
de los grupos más poderos de mundo? ¿Cree usted que acepten ceder una tajada
del poder? ¿Un cambio de tal envergadura no exigiría una guerra o revolución también
de gran magnitud?
MI PERSONA: Ja, esa no
es una pregunta sino tres. ¡Por supuesto que ningún cambio de esa envergadura
es fácil! ¿Desde cuándo es una tarea sencilla hacer que los que ostentan el
poder cedan una parte? Mire la Revolución Francesa. Hizo falta un cataclismo
social de enormes proporciones para obtener una distribución más uniforme del
poder que trajo como consecuencia un orden social más justo y equitativo, y con
ello, el camino estaba allanado para acoger naturalmente las nuevas formas de
producción que trajo consigo la Revolución Industrial.
Claro que en esta
ocasión los he engañado un poco. La noocracia democrática no es idea mía, sino
de la naturaleza. Es un sistema que se irá instaurando de cualquier manera, ya
sea poco a poco, de forma imperceptible, ya sea de manera consciente y
planificada, ya sea por las buenas, o ya sea por las malas. Lo interesante del asunto es que las estructuras de poder mundial
ya lo saben, ya lo han dilucidado y tratan de contrarrestar esta tendencia a
toda costa.
En la actualidad,
existen dos visiones diferentes del mundo futuro personificado en el esquema
económico denominado globalización. Por un lado, se encuentran los grupos de
poder élite del mundo que ya tienen un plan estructurado para las siguientes
décadas.
La globalización deberá
facilitar las cosas para todo el mundo, ya que está basada en las
características naturales de los sistemas biológicos evolutivos como son la
especialización en la producción y la interdependencia; en el caso de la
globalización, entre estados, países o ciudades, lo que trae como consecuencia
una maximización de los recursos y un ahorro energético en la producción.
Quiero aclarar que la globalización es inevitable ya que es una tendencia
natural. Lo que cambia es el enfoque que deberá seguir el proceso de
globalización. Para la élite en la cúspide del poder, las estructuras de poder
se irán haciendo paulatinamente más verticales, con ellos gobernando en la
parte superior y una gran masa compuesta por el grueso de la población que
incluyen las clases medias y bajas, en la base.
Este esquema se ha venido
definiendo desde la segunda mitad del siglo pasado, evidenciado por un aumento
progresivo de la brecha entre los estratos económicos más altos y todos los
demás en la mayoría de las grandes economías del mundo, pero también en países
en desarrollo como los de América Latina. Para el caso, en Estados Unidos en el
período de la post guerra que va de 1947 a 1979, los ingresos económicos
anuales familiares crecieron aproximadamente igual (porcentualmente hablado) en los cinco
estratos socioeconómicos. Pero de 1979 hasta la fecha actual se produce una
clara diferencia en crecimiento entre los cinco grupos. De hecho, los ingresos
del grupo con los ingresos más bajos en realidad han DECRECIDO en un 7%,
mientras el crecimiento en ingresos del grupo con los mejores ingresos fue de
un 73%, aumentándose la brecha entre ricos y pobres. Y no hay indicios de que
el crecimiento de esta brecha disminuya en los próximos años. Más aun, las
depresiones económicas, que se van haciendo cada vez más frecuentes, no hacen
más que aumentar la brecha. Finalmente los beneficiados son siempre los grandes
poseedores del capital mundial, una minoría élite, mientras las grandes
mayorías siempre pagan los platos rotos.
Bien. Este el gran
panorama diseñado por la gran élite que ostenta el poder mundial. Un mundo
globalizado dividido en dos: nosotros que tenemos el poder, y todos los demás,
y ¡Todo muy bien disfrazado en forma de democracias! Sin embargo hay un segundo
esquema que comenzó a surgir como una propiedad emergente de la gran red mundial,
el internet.
Hace ya alrededor de
dos años escribí “La Noocracia Democrática” y “La Prosperidad de los Garífunasde Alturas” proponiendo este nuevo sistema político. Desde entonces, el
internet ha demostrado su enorme poderío. La red se ha instituido como el nuevo
sistema nervioso del superorganismo mundial. Los resultados del surgimiento de
este sistema nervioso han sorprendido a muchos, mas para los conocedores de la
evolución filogenética de los sistemas nerviosos y los cerebros en los
organismos biológicos, este es un resultado natural del desarrollo de las
comunicaciones (ver Superorganismo Universal). El surgimiento de
superorganismos en niveles de creciente complejidad son una característica
inherente a la vida tal y como la conocemos.
Los eventos emergentes
de la red, de trascendencia histórica, se han verificado apenas en los últimos
años. El surgimiento de un portal periodístico (Wikileaks) en el que
contribuyen secretamente los ciudadanos enviando cables que contienen la
información de documentos secretos que posteriormente se liberan para
publicación en los principales diarios del mundo, permitió destapar la olla de
corrupción política en las elecciones de Kenia de 2007, hizo posible que el
público se enterara de la matanza de civiles indefensos por parte del ejército
de Estados Unidos en la guerra de Irak, y reveló muchas de las interioridades
en las embajadas de aquel país.
¿El resultado? Una
trampa y un enjuiciamiento contra Julian Assange, el director de Wikileaks; la
amenaza al portal que anidaba a Wikileaks y estrategias para cortar las
contribuciones económicas voluntarias a la página. A los viejos esquemas de
poder no les conviene la divulgación de la información ya que parte de su
estrategia es la secretividad de sus planes y acciones.
La red ha permitido
cambios drásticos en la política mundial posibilitando el derrocamiento de
algunos gobiernos dictatoriales de medio oriente, como los de Egipto y Libia.
Es un hecho que sin las comunicaciones en tiempo real que ofrece la red, por
medio de las redes sociales como Twitter, los cambios registrados no hubiesen
sido posibles.
La rápida divulgación
de la información por medio de las redes sociales y de los blogs ha permitido a
los ciudadanos conocer las posibles causas de todo evento social o político muy
rápidamente, lo que permite respuestas igualmente rápidas. Por ejemplo, la
entramada madeja que esconde las causas subyacentes a las últimas depresiones
económicas ha podido ser desenredada por el contingente de expertos en economía
y el público en general a medida que la información se proporcionaba en tiempo
real, y es así como dichas recesiones apuntan a la banca como la culpable principal,
a pesar de lo cual en los Estados Unidos esta última fue beneficiada con una
gran inyección de capital por parte del gobierno, sobra decir, que utilizando
los fondos de los contribuyentes. Esto derivó en la indignación de ciudadanos que
se organizaron en revueltas como “Ocupy
Wall Street”. Videos publicados por YouTube muestran a los banqueros riendo
y brindando por su “buena fortuna” mientras los protestantes en las calles son
apaleados y reprimidos por una policía al servicio del sistema, y esta
información está disponible calientita, recién salida del horno para todo el
mundo.
Este tipo de cambios
rápidos en la apreciación de la gente hacia los gobiernos y los grupos de poder
hace que cada vez sea más arduo poder esconder las acciones. Exige
transparencia. Hoy es frecuente leer en los comentarios de diversos chats y
blogs de los Estados Unidos la opinión de que es posible que se esté gestando ya
una segunda “Revolución Americana”.
Entonces, el
surgimiento de esta nueva configuración, de este nuevo sistema nervioso global,
no conviene. Elimina el viejo esquema de verticalidad y distribuye el poder más
equitativamente entre cada ciudadano que tiene acceso a la red. Detrás de una
computadora, no importa si usted es un mil millonario o un acabado, su opinión
y su participación tiene igual peso. La nueva configuración es horizontal, más
distribuida, con respuesta en tiempo real, similar al “sistema inmune”
propuesto por Joshua Cooper Ramo, quien no ve otra salida que pedirle a los
Estados Unidos un cambio de dirección hacia una nueva política exterior más
decente.
Lo que
observamos es una progresiva tensión, y la red, el sistema nervioso, se procura
controlar, espiar, mantener a raya, y finalmente debilitar por los grupos de
poder. Surgen las propuestas con dobles intenciones disfrazadas, por ejemplo,
de leyes destinadas a que los autores no se “mueran de hambre” por la amplia
“violación” de los derechos de autor que la red permite. Surgen propuestas de
ley como SOPA (Stop on Line Piracy Act)
entre muchas otras, destinadas a aplacar al poderoso superorganismo.
Pero, no hay evidencia
más clara de que el superorganismo global ya ha cobrado vida que la respuesta observada
ante la ley SOPA. En una acción sin precedentes, la red se defendió como un
animal que está siendo atacado, y los proponentes de dicha ley fueron
derrotados y forzados a arrodillarse, retirando la propuesta, ante el poder del
gran superorganismo.
Pues bien, la noocracia
democrática no es otra cosa que institucionalizar ese gigantesco poder de la
red y ponerlo al servicio de los pueblos.
YO
MISMO: ¿Entonces usted está en contra de la banca y de las grandes
corporaciones?
MI PERSONA: No, no. Yo
mismo, por favor no me malinterprete. Las grandes corporaciones y la banca han
contribuido con el progreso y el bienestar que gozamos en la actualidad, al
menos una buena parte de la humanidad. Sin ellas, el desarrollo de la
tecnología necesaria para el surgimiento del superorganismo mundial no hubiera
sido posible, pero en la actualidad han adquirido tanto poder económico que lo
utilizan para controlar el poder político y el poder mediático. Por ejemplo,
los representantes del pueblo en los Estados Unidos legislan basándose
principalmente en lo que conviene a las grandes compañías que hacen lobby, aun
si la legislación va en contra de los intereses de la mayoría de los
norteamericanos.
Algo similar vemos en
Honduras. Los candidatos a puestos públicos llevan a cabo onerosas campañas
subsidiadas por diversos grupos que reclaman su tajada una vez pasadas las
elecciones, y es así como, por ejemplo, muchos “Padres de la Patria” se ven
forzados a legislar a favor de los intereses económicos de esos grupos
particulares. Eso crea un círculo vicioso de enriquecimiento, control del poder
político y mediático, más enriquecimiento, etc.
Lo que yo pienso es que
la lucha ya ha surgido entre los dos tipos de sistemas (poder distribuido
verticalmente vs. horizontalmente), pero no se trata de combatir a una fracción
de poderosos empresarios, banqueros y estadistas, de la misma manera como se
eliminó a la monarquía en la Revolución Francesa. Se trata de buscar un sistema
que proporcione los mayores beneficios a todos por igual, y que a la vez disminuya
la brecha entre los de arriba y los de abajo; que prepare a la humanidad para
la inevitable y cercana época del transhumanismo en la que el ser humano tomará
las riendas de su propia evolución; para esa época en la que nos acercaremos
cada día más al concepto de inmortalidad física, y que nos aventuraremos al
cosmos en busca de nuevos hábitats en donde podamos medrar.
Estos nuevos cambios se
acelerarán en un sistema donde todos los “bueyes empujen la carreta” en la
misma dirección, explotando el potencial de la inteligencia colectiva. Hay que
convencer a los grupos de poder que ellos también necesitan este sistema, de
tal forma que el cambio se lleve a cabo en paz y ordenadamente, sin perdedores.
El progreso de la humanidad hacia un nuevo nivel no deberá ser una ecuación de
suma cero. Deberá ser un asunto en el que todos ganemos. No se trata de
entregar una fracción del poder, sino de una inversión a mediano y largo plazo
que redundará en enormes beneficios para nuestros hijos. No se trata de si
ocurrirá o no ocurrirá. ¡Si no nos autodestruimos ocurrirá, créame! Se trata de
cómo ocurrirá. ¿De manera ordenada, planificada y con el conceso de todos? ¿O
mediante crueles revoluciones?
YO
MISMO: ¿Tiene alguna evidencia real de la efectividad de este sistema que usted
propone?
MI PERSONA: Pues,
aunque parezca mentira, sí existe un caso en la actualidad que se aproxima
mucho al concepto de noocracia democrática. Es una historia extraordinaria e
inspiradora que nos llega de un país escandinavo con una diminuta población,
pero extremadamente rico cuyos habitantes son de los más felices de la tierra.
Islandia es un país
nórdico de contrastes. Ubicado en una latitud cercana al Polo Norte es en
extremo frío, pero a la vez su terreno volcánico lo vuelve abundante en aguas
termales de altas temperaturas que bien le valdrían el apelativo de “horno
subpolar*”. Yo tuve información de este paraíso de hielo y fuego a través de
diversos artículos científicos, ya que su pequeña y aislada población, con una
alta endogamia, lo ha hecho idóneo para el estudio de diversos padecimientos
genéticos.
Islandia es el país europeo
con las tasas más altas de divorcios, de natalidad y de mujeres trabajando fuera
de la casa. Aunque esta pareciera ser a simple vista una fórmula para el
fracaso de un país (montón de hijos abandonados) la verdad es otra. Esta
pequeña nación con alrededor de 320,000 habitantes posee una de las poblaciones
más felices del planeta, o al menos así fue durante gran parte de la década
pasada. De hecho, según un estudio reportado por The Guardian, en 2006 encabezaba la lista de los países con la
población más feliz de la tierra, según diferentes indicadores (ese mismo
estudio reveló que Rusia poseía en ese entonces la población menos feliz). ¿El
secreto de Islandia? Un PIB muy alto, una gran educación pública (el sistema
estatal de educación es utilizado por obreros y millonarios por igual) y el promedio
de libros leídos por persona más alto del mundo, además de uno de los puntajes
más altos del Índice de Desarrollo Humano según el Programa de Desarrollo
Humano de las naciones Unidas, y mucho más importante, uno de los índices de
inequidad más bajos del mundo.
¡Realmente dan ganas de
emigrar a Islandia! ¿No es así? Si no fuera por ese ambiente inhóspito… Pero a
decir de muchos es ese mismo ambiente el que forjó, durante muchas generaciones,
el espíritu ingenioso e indómito de los habitantes de esa tierra.
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Bien, pues resulta que
este país de descendientes de vikingos, próspero y feliz, cometió un desliz (es
decir, hizo algo en reverso y esto me salió en verso). Hasta el 2003 Islandia
prosperó gracias al modelo de gobierno neoliberal, pero fue entonces que
comenzaron los excesos de la banca. Los bancos, privatizados ese año en un
esfuerzo por atraer la inversión extranjera, diseñaron un tipo de cuentas de bajo
mantenimiento, en línea, que podían ser abiertas por clientes particulares del
exterior. El mercado para este tipo de cuentas con un gran retorno en intereses
gracias a su bajo mantenimiento, estuvo compuesto por particulares y pequeños y
medianos empresarios de otros países europeos, especialmente Ingleses,
Holandeses y Alemanes. Pero el mal manejo de los fondos por parte de los
banqueros, el aumento en los precios del petróleo y la inflación en general propiciaron
un endeudamiento excesivo.
Para el 2003 la deuda
externa islandesa era de 200 veces el Producto Interno Bruto, pero para 2007
había llegado a 900 veces el PIB. Para el 2008, la crisis financiera mundial
dio el tiro de gracia a la economía de Islandia. Los tres bancos más grandes
pasaron de nuevo a manos del estado después de declararse incapaces de pagar la
deuda a sus clientes extranjeros.
Y como es común y
“natural” en estos casos, el Fondo Monetario Internacional y la Unión Europea
comenzaron a presionar para tomar control de la deuda, aduciendo que solo de
esa forma Islandia sería capaz de pagar la deuda a los gobiernos de Holanda y
Gran Bretaña, quienes habían prometido reembolsar a sus ciudadanos.
Las protestas de los
islandeses forzaron la renuncia del gobierno. En abril de 2009 se celebraron
elecciones, sin embargo, a pesar de la condena del nuevo gobierno al modelo
neoliberal, este accedió al pago de tres y medio millones de Euros mas
intereses al 5.5%. Esto exigía el pago de 100 Euros mensuales a todos los
ciudadanos por un período de quince años. ¡Se les exigía a los ciudadanos pagar
una deuda incurrida por actores particulares!
Hasta aquí es la misma
historia de siempre. Los ciudadanos en todo el mundo pagamos con medidas
drásticas los desaciertos de los banqueros, mientras estos continúan amasando
sus fortunas y asegurando el futuro de sus generaciones venideras, y los
gobiernos bailando al son que les tocan. A pesar de la flagrante injusticia que
esto representa, en el mundo entero se ha llegado a considerar este proceder
como natural e inevitable.
¡Pero no para el impetuoso
pueblo islandés! El Jefe del Estado se reusó a ratificar una ley que obligaba a
los ciudadanos a pagar por la deuda de sus bancos. La respuesta de la banca
internacional no se hizo esperar, y se amenazó a Islandia con convertirla en la
Cuba de Europa por medio de bloqueos económicos si no aceptaba las condiciones
impuestas. Pero los valientes islandeses tomaron su propio rumbo y decidieron
que era preferible ser una segunda Cuba, que una segunda Haití.
Lo que sucedió a
continuación es lo realmente extraordinario y muestra en todo su esplendor la
eficacia de la noocracia democrática y su enorme capacidad para solucionar
problemas. El mandatario Olaf Ragnar Grimson convocó a un referéndum, y en
marzo del 2010 el 93% de los ciudadanos votó en contra de una refinanciación de
la deuda, y sin lugar a dudas, las comunicaciones rápidas jugaron un papel
preponderante en los resultados. El FMI inmediatamente congeló los fondos
destinados a Islandia, pero los islandeses no se dieron por vencidos. El
gobierno lanzó una investigación civil y penal contra los responsables directos
de la crisis, e Interpol emitió una orden de arresto internacional contra los
presidentes de los bancos implicados.
El asunto no terminó
aquí. Con el consenso general de los ciudadanos se decidió substituir su
obsoleta Constitución por una moderna. Pero antes de que se alegren los que
están a favor de una Asamblea Nacional Constituyente en Honduras, déjenme
decirle lo siguiente: A diferencia de lo que se pretende en nuestro país, la
nueva Constitución de Islandia fue escrita por TODA la ciudadanía, sin excepción, y no por un pequeño puñado de
burócratas y políticos en una asamblea.
El procedimiento fue
como sigue: Los ciudadanos escogieron un total de 522 adultos candidatos para
redactar la constitución. Para ser candidato era requisito no pertenecer a
ningún partido político y no estar involucrado en política, y debía ser
recomendado por al menos 30 ciudadanos. Finalmente fueron escogidas 25 personas
que serían las encargadas de redactar el documento. El documento completo fue
escrito en línea, en el Internet. Las asambleas eran transmitidas en tiempo
real por este sistema a los ciudadanos, quienes se encontraban facultados para
enviar las recomendaciones que cada uno considerara pertinentes. Cada ciudadano
podía observar la manera en la que el documento cobraba forma en tiempo real.
La nueva Constitución islandesa fue redactada por TODOS Y CADA UNO de los islandeses.
Lo que se espera es que
la participación de todos acreciente el sentimiento de pertenencia al grupo, y
mucho más importante, el sentido de compromiso; ese mismo sentido de compromiso
que un día permitió la victoria de los griegos sobre los persas en la Batalla
de Maratón, que pondría fin a la primera Guerra Médica. Ese sentido de
compromiso que solo se puede dar en una verdadera democracia.
Hoy, los islandeses
perdieron su privilegiado primer lugar en el índice de felicidad y pasaron al todavía
nada despreciable puesto número 20. Es muy probable que la crisis haya tenido
mucho que ver, pero de no haber sido por la determinación y el trabajo conjunto
de TODOS los ciudadanos, tal vez
estarían ocupando los últimos lugares junto con Sierra Leona. Pero la recuperación
económica ha sido notable. Islandia utilizó una lógica inversa, guiada por la
inteligencia colectiva, con resultados sorprendentes.
Usted pensará que los
noticieros del mundo entero diseminaron la noticia sobre esta historia de
éxito; que las grandes cadenas noticiosa norteamericanas y europeas se abalanzaron
sobre los líderes políticos islandeses tratando de conseguir entrevistas sobre sus
hazañas sin precedentes. Pues fíjese que no, vaya usted a saber… que al parecer
a los dueños de las corporaciones mediáticas no les convenía que el mundo se
enterara. Pero ahora usted se está dando cuenta gracias al internet, ¿No es
cierto?
YO
MISMO: Pero, ¿Como pretende que los ciudadanos se integren voluntariamente, sin
un salario?
MI PERSONA: Está
ampliamente demostrado que las actividades más creativas y altruistas del ser
humano no se realizan por un pago. En diversos estudios se ha demostrado que la
calidad de una tarea completada está en relación inversa con la cantidad
pagada.
De cualquier forma
todos participamos en política. La mayoría votamos y nos enfrascamos en amplias
discusiones sobre nuestro partido de preferencia. Los ciudadanos participarían
en un sistema así, no porque se les pague, sino porque es una tendencia
profundamente humana el participar en los asuntos sociales y políticos de
nuestra comunidad. Además, muchos nos conectamos a nuestra red social por medio
Facebook, Twitter, Google+ etc. por lo menos de vez en cuando. No porque nos
remuneran sino porque nos gusta. Solo se trata de canalizar esta tendencia
humana.
Ya a otros se les ha
ocurrido que muchos de los problemas en ciencias pueden ser solucionados por un
contingente de personas conectadas a Internet. “Einstein Project” y “Human Proteome Folding” son proyectos en los cuales uno puede ceder tiempo
de cómputo de su máquina para las difíciles y demandantes tareas de determinar el
plegamiento de las proteínas en su forma tridimensional (la cual determina en
última instancia su función) dada una secuencia primaria de aminoácidos, y la interacción entre proteínas. Pero
resulta que últimamente la tarea de plegar proteínas se les ha dado también a las personas en
forma de juego, y los jugadores han resultado muy buenos haciéndolo. De hecho,
la mejor plegadora de proteínas del mundo es una ciudadana británica.
Hay propuestas para
diseñar problemas sociales en forma de juegos que serían distribuidos en
internet. Dichos juegos tendrían un diseño similar a los que se encuentran anidados
en Facebook, como Farmville o Cityville. Si la inteligencia colectiva se puede
usar para solucionar problemas sociales o científicos, de igual manera se puede
utilizar en la política y en las decisiones de estado.
Solo una apreciación
más sobre el salario en los trabajadores del estado. Uno de los problemas más
graves en muchos países es la suposición de que un empleo en el gobierno se
consigue por la alta paga que ofrece, o para enriquecerse. A mi parecer este es
uno de los peores aspectos de la democracia ateniense de Pericles heredada
hasta nuestros días.
YO
MISMO: ¿Cómo cree usted que se podría implementar este nuevo sistema político?
MI PERSONA: Primero,
necesitaríamos de una legislación adecuada en donde se defina las competencias
y procedimientos de este poder. Segundo, se necesitaría el software apropiado,
y un portal de internet. Se puede tomar el modelo de las redes sociales,
modificadas para adaptarse a las discusiones públicas.
En cuanto a donde se
podría implementar, una población pequeña sería lo más adecuado. Una ciudad común
y corriente con menos de un millón de habitantes, o Ciudades Modelo como las recientemente
propuestas en Honduras serían excelentes para experimentación. Conforme el
sistema se fuera depurando y mejorando se podría implementar en estados,
federaciones de estados y hasta federaciones de países.
Lo interesante del
sistema es esto: Al inicio, todos desearán participar en todos los asuntos y
decisiones, sin embargo, con el tiempo el sistema tendería a especializarse
(característica natural de los sistemas biológicos y sus derivados, los
sistemas sociales). Los médicos y otras personas relacionadas con la salud
preferirán intervenir en asuntos de salud pública; los ingenieros y arquitectos
preferirán temas como la planificación urbana; los científicos y profesores
universitarios se involucrarían en asuntos de ciencias; los maestros en todo
aquello relacionado con la educación, etc. De esta forma se explotará en todo
su esplendor la noocracia democrática. Es también probable que en tiempos de
calma y buena administración, cuando todo marcha bien, la participación de la
colectividad sea mínima, pero que aumente rápidamente tan pronto surja una
crisis o en la ventilación de asuntos vitales, dando al sistema las deseables
características biológicas de retroalimentación y rápida respuesta.
¿Y si por esas cosas
inherentes a la vida la colectividad se equivoca? El sistema, por muy bueno que
sea, no es invulnerable. Lo importante es que la misma colectividad hará las
correcciones rápidamente y en TIEMPO REAL. Un ser humano, un roble, una anémona
o un cultivo bacteriano no son indestructibles ni perfectos, pero son
organismos con características adaptativas que les permiten responder a cambios
ambientales, reproducirse y perpetuarse.
Nótese que hablamos inicialmente
de una implementación local de la noocracia democrática. Cuando me refiero al
superorganismo mundial es porque los superorganismos regionales se irán
organizando con el tiempo hasta formar un supercerebro global. La red se
encuentra apenas en sus comienzos. El superorganismo mundial cuenta cuanto
mucho con un sistema nervioso rudimentario, como el de los primeros animales
que poblaron la tierra. Con el transcurso del tiempo las neuronas de estos primeros
sistemas nerviosos fueron paulatinamente organizándose y construyendo
estructuras especializadas. La unión de todas estas estructuras (cerebelo,
ganglios basales, corteza cerebral, etc.) forma los grandes cerebros de los
mamíferos superiores actuales. Finalmente, son las relaciones entre estas
estructuras de las que surgen propiedades emergentes como la inteligencia, la
personalidad, y la conciencia.
Entonces, los humanos
somos como las neuronas de un sistema nervioso destinado a convertirse en un
supercerebro cuyas propiedades emergentes son imposibles de predecir. ¡Pero que
las habrá, las habrá! Es nuestro trabajo proteger la red; proteger el futuro de
ese supercerebro al igual que nuestro sistema inmune protege a nuestro propio
organismo de amenazas externas (infecciones) e internas (cáncer). La
supervivencia de la vida tal y como la conocemos y el paso de la humanidad al
siguiente nivel de complejidad dependen de eso.”
Hasta aquí la
entrevista de YO MISMO (no confundir
con el telenoticiero “Hoy Mismo”) a MI
PERSONA.
*Propongo acuñar un
nuevo término para designar el clima helado y a la vez caliente de Islandia: “Gelifogoso”, emulando el término
“agridulce” utilizado para designar las comidas con esos dos sabores
contrastantes.