Si usted es comerciante, profesionista, o se dedica a cualquier otra actividad o servicio, le gusta que le paguen lo que le deben, ¿No es cierto? Y además, le gusta que le paguen a tiempo. Sin embargo y aunque parezca difícil de creer, hay una situación en la que el “no pago” es propiciado por el acreedor, y de eso se trata este artículo.
En estos dorados tiempos, usted puede esperar que en cualquier momento un delincuente lo intercepte y asalte. Más aun, puede esperar que su médico, mecánico o abogado de cabecera se aproveche de usted. Pero algo difícil de concebir es que una institución emisora de tarjetas de crédito, que debería ser sinónimo de rectitud y seriedad, lo atraque en descampado. Pero lo cierto es que en su mayor parte el robo, asalto, atraco o estafa en nuestra sociedad hondureña se filtra subrepticiamente, tomando formas sutiles, producto del ingenio de mentes delincuenciales con la más alta formación académica, quienes elucubran las más ingeniosas maneras de hacer dinero fácil que de paso no sean penadas por la Ley. Tal es el caso de la institución emisora de tarjetas de crédito de la que les voy a hablar. Si usted es hondureño y además posee una tarjeta de crédito con la mencionada institución, usted se dará cuenta de su identidad y se sentirá identificado.
Sabido es que si usted no paga la deuda de su tarjeta de crédito antes, o en la fecha estipulada para realizar tal pago, el banco le cobra una cuantiosa multa. Este hecho es aprovechado por el banco, de tal manera que si usted llega a realizar su pago el último día, el personal del banco es instruido para impedir, a toda costa, que usted lo realice. Usualmente hay varios cajeros atendiendo, pero el último día reducen el personal a la mitad de modo que se formen largas filas y el cliente termine capitulando y se resigne a pagar un día posterior. Muchas veces incluso el escaso personal que queda atendiendo toma tiempos libres para comer, divertirse y relajarse de diferentes maneras mientras el cliente, desesperado, libra una feroz guerra interna decidiendo si desiste (con lo que pagará la cuantiosa penalidad) o perseverará en el intento de pagar.
Si el cliente logra -después de revestirse de una paciencia sobrehumana- llegar por fin a la caja, sorpresivamente el “sistema está lento o caído”. Si por ejemplo usted quiere pagar lo que debe su cónyuge porque él o ella están de viaje, el banco, en una muestra de falsa rectitud, le indica que no se puede pues los pagos son personales, pues la información del usuario de la tarjeta debe ser protegida. Desde luego esta exuberante y súbita demostración de “ética profesional” aparece en las conciencias de los banqueros del susodicho banco únicamente (sí, usted adivinó) ¡el último día de pago!
El personal de la mencionada institución bancaria se encuentra perfectamente instruido para soportar estoicamente los innumerables reclamos del cliente. Lo único que funciona en la desesperada situación del usuario que quiere pagar su deuda es amenazar, llamando al cajero por su nombre, con denunciar el hecho a la Fiscalía del Consumidor o a la Comisión Nacional de Banca y Seguros después de cancelar definitivamente la tarjeta. Es hasta entonces que milagrosamente el cajero le resuelve a usted el problema. Es decir, usted puede pagar la tarjeta de su cónyuge y el sistema se repara brusca e inexplicablemente. Y todo esto sucede mientras el cajero mantiene una dulce y simpática sonrisa de oreja a oreja. Es probable que dentro del paquete de prebendas que el banco ofrece a sus empleados, se incluya clases de actuación con artistas profesionales, de tal manera que se facilite el cumplimiento de la “meta”.
Bien, como un importante porcentaje de clientes no logra pagar el último día, la institución se hace los bigotes con las penalidades por atraso en el pago. Enriquecimiento fácil, y además, el banco no incurrió en ilegalidad. ¡Y usted que se mata trabajando para ganarse unos centavos honradamente! Mejor ponga un banco emisor de tarjetas de crédito (bueno, a ver si puede).
Yo ya aprendí y no espero hasta el último día para pagar mi tarjeta. Sin embargo, hay ocasiones en las que tengo que pagar el último día, aunque me preparo sicológicamente para pasar por el suplicio antes mencionado. Algunos clientes fieles creímos, inocentemente, que el problema acabaría con el reciente cambio de nombre de la institución debido a la adquisición de un nuevo y flamante socio extranjero de prestigio internacional, pero para sorpresa nuestra, la política de “darle en la nuca” al cliente sigue intacta, incólume, y más vigente que nunca.
Por eso cuando algún representante de banco emisor de tarjetas intente insistente, tenaz y tercamente enchurungarle a usted una tarjeta de crédito, diga NO y luego pregunte. Indague con sus amigos sobre las características del emisor, no sea que una vez al mes se encuentre usted en alto riesgo de sufrir un infarto agudo al miocardio. Saludos.
P.D. De veras, no es broma. Hace poco vi a un anciano, el día de pago de tarjetas en el mencionado banco, quejarse de fuerte dolor en el pecho después de una discusión con una cajera. Citi Citibank
Hombre, que cierto es.
ResponderEliminarYo que pensaba que era ignorancia de la teoria de colas.
Jaja. !Desde luego que todo tiene que ver con la teoría de las colas! Si usualmente tenemos dos cajeros y el día de pago de tarjetas lo reducimos a uno, la cola crecerá exponencialmente, entonces los clientes se desesperan y se van. Simple teoría de colas. Así de sencillo.
ResponderEliminarPor lo menos usted tiene una buena forma de desahogarse la colera.
ResponderEliminarNo se porque, pero me parece que se esta volviendo una treta eficaz, pues mas de un banco hace eso que usted denuncia.
Le comento, mi hermano mayor ha tenido problemas de mora con los bancos por culpa de ese "dinerito plastico" porque siempre esta el sistema lento y no puede conseguir mucho tiempo de permiso para ir a pagar.
Tambien se lo llevaron en la colada ayer que fue a pagar la mensualidad de su universidad siendo el ultimo dia de plazo, pues se cayo el sistema (-que extraño, ¿no?), y con esta ya van 3 veces aproximadamente.
Lo peor de todo es que cuando uno se retraza con el banco (inducido por el Principio de las Colas) llaman por telefono exigiendo que se les pague con diligencia y amenazando a veces al dia siguiente.
Ahora que lo menciona, me di cuenta que es cierto! A veces me toca ir a hacer cosas de mi mamá (el ultimo dia de pago) y siempre hay menos cajeros de lo normal!
ResponderEliminarEs interesante todo lo mencionado en este articulo, ademas muy cierto, acerca de la gran estafa que sufre nuestro pueblo hondureño, por la falta de instrucción, o de conocimiento, y mas que todo afecta mucho mas a la clase media la cual es la mayoría.....se debería de proponer hacer algo en contra de estos "facilitadores de dinero", para que no nos sigan robando lo poco que se ganan nuestro padres..o uno mismo. De hecho en mi casa ninguno de mis familiares usa esas dichosas tarjetas. apoyamos mucho y agradecemos este tipo de correos que mas que simples correos se convierte en un instrumento de salir de la ignorancia....
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ResponderEliminarjaja...claro!!! Es verdad!!! Actualmente hay tantas maneras utilizadas para sacarle a la gente los pocos centavitos que le quedan, y lo peor es que la mayoria de nosotros ni siquiera nos damos cuenta de esto! Claro...como lo dijo el amigo Edgar, se deberia hace algo en contra de ellos ¿Pero como????... pienso que solo sera posible con la unidad de todos...!Buen blog....interesante...
ResponderEliminarEstoy republicando este artículo porque el mencionado banco (Citi) va de mal en peor. Cuando el día de pago usted manda a alguien a pagar su tarjeta, le exigen a ese alguien que presente la tarjeta deudora. Es decir, usted no puede mandar a alguien a cancelar la deuda. Por muy ocupado que usted se encuentre deberá perder todo un día tratando de pagar. El objetivo es obvio. Evitar que la mayor cantidad de personas posible pueda realizar el pago para poder cobrar los excesivos intereses. Algo más: la persona que comisioné para que me realizara el pago hace unos días, al decirle el cajero que no podía pagar si no presentaba la tarjeta, se salió de la fila para hablarme por celular. Inmediatamente el guardia de seguridad se le acercó, con la mano puesta en su revolver, y le dijo que estaban prohibidas las llamadas. ¿Que les parece? Cajeros y vigilantes entrenados para ejecutar un asalto bien orquestado.
ResponderEliminarOtro ejemplo, en Jetstereo y otras casas comerciales similares, le dicen que le cobran una cierta tasa de interes al mes, pero se la calculan todos los meses sobre el valor total del producto, digamos un TV, si Ud. ya pago la mitad, no importa le siguen cobrando lo mismo por intereses mensuales igual que al principio, si Ud. habla con el contador y le explica la formula para el cáculo de intereses sobre saldos(capitalxdiasxtasa de interes expresada en decimales entre 360) este le dice que ya la conoce y que Ud está en lo correcto, pero que ellos cobran lo que dice el sistema y NO pueden hacer nada, y si no paga NO le devuelven una LETRA DE CAMBIO que le hacen firmar en blanco de manera ilegal (vease Ley de Protección al Consumidor) y lo reportan a la lista negra de deudores para arruinarle su crédito.- Viéndolo bien estas son pequeñeces como para reventar en cólera y pagarlo con un ataque al corazón o ir a parar al mamo, pero como bien dice el Dr. el asunto es que se lo hacen a todo el mundo y obtienen pingües ganancias por la desprotección y la falta de organización de los consumidores.- Como dice aquel chiste, !organizemolos! y pongamonos de acuerdo para atacar estas y otras muchas injusticias en bloque.JM Castillo H.
ResponderEliminarTengamos siempre en mente que podemos aprender más temas como el de https://michaelreidpublishing.com/puntos-banorte-actitud-correcta-para-el-dinero/ que es uno de los mejores para nosotros.
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