Dr. Edwin Francisco Herrera Paz
Hace algunos días que quiero escribir algo sobre la última gran maravilla y éxito de taquilla de Hollywood: Avatar. El vocablo Avatar proviene de la religión hindú. Vishnú, el dios principal de la trinidad hindú, se presentaba a la tierra en forma de encarnaciones llamadas Avatar. El vocablo fue tomado por los creadores de mundos virtuales, en los cuales el Avatar es una representación del jugador en la computadora fabricado al gusto del jugador. En la película, Avatar es una representación de un humano en forma de gigante azul, habitante de Pandora. Aunque físicamente el Avatar tiene una identidad propia, su mente y conciencia es la del humano que lo controla.
Las críticas negativas que ha recibido la película no son pocas. Solo mencionare algunas, y actuaré como abogado defensor intentando refutarlas (que los abogados me disculpen si cometo algún error de procedimiento). También expondré algunas características interesantes de la película y un tema para una segunda parte.
Crítica: La película es “un guiño hacia las pseudo-doctrinas que han hecho de la ecología la religión del milenio”. Esta aseveración proviene de Radio Vaticano, y desde luego, tiene un trasfondo político, social y religioso. El vaticano relaciona toda defensa al ecosistema con grupos socialistas antireligiosos, quienes a la vez defienden el aborto como método de control de la natalidad. En mi opinión no todos los grupos ecologistas son pro aborto, socialistas o antirreligiosos, y además pienso que cada uno de los habitantes del mundo debe desarrollar conciencia del peligro que representan asuntos como las excesivas emisiones de CO2, el cambio climático y la sobrepoblación del mundo. Más aun, las Sagradas Escrituras (en Mateo 25: 14-30) nos mandan a ser buenos administradores de los recursos que nuestro Señor nos ha dado.
Por otro lado, la película de James Cameron no hace culto a la ecología. La película simplemente describe un mundo con un sistema ecológico particular con relaciones muy estrechas entre las especies, unificado por medio de un sistema nervioso y una especie de “cerebro” de naturaleza vegetal. El hecho interesante es el cuidado que prodigan los gigantes azules a su entorno, lo que conduce a un equilibrio estable del sistema.
Crítica: Es una superficial parábola anti imperialista y antimilitarista que no tiene verdaderas emociones, emociones humanas. Esta crítica también procede del Vaticano, y en este punto concuerdo, ya que la película es una réplica del proceso de colonización de Norteamérica en el que las poblaciones indoamericanas autóctonas fueron erradicadas casi por completo. Si vemos la otra cara de la moneda el tema del imperialismo, del abuso del más fuerte sobre el más débil, siempre es un tema actual. A pesar del desarrollo moderno de la humanidad la conducta imperialista se continúa registrando, y para muestra un botón: solo revise el tema de las Malvinas y la expectativa de explotación de los pozos petroleros por parte del Reino Unido. Si la guerra de las Malvinas, la colonización de Norteamérica, la conquista y colonización de la Américas con su proceso de “humanización” indígena, el imperialismo expansionista de la Francia de Napoleón, de Gran Bretaña, de Adolfo Hitler, y de la antigua Unión Soviética (entre otros) no tiene verdaderas emociones humanas, me pregunto qué las tiene.
Crítica: El concepto de que un mundo es como un hiper organismo ya fue planteado hace muchos años. Eso es cierto. Por ejemplo, la hipótesis de Gaia argumenta que la biosfera terrestre se comporta como un hiperoganismo autorregulado. Sin embargo, la película presenta un elemento nuevo: el surgimiento de un cerebro unificador. Sorprendentemente, la biosfera de nuestro planeta como un todo ya presenta lo que parece ser un cerebro rudimentario: la raza humana y su tecnología de las comunicaciones. Le ofrezco una breve explicación sobre este punto, pero si el tema de los sistemas biológicos le aburre o no le interesa a usted, puede saltarse los dos siguientes párrafos.
El desarrollo filogenético (evolutivo) de los cerebros en los organismos multicelulares ha seguido un orden. Los organismos más simples, como las bacterias que forman parte de colonias llamadas biofilms y los organismos multicelulares sencillos, se comunican a base de señales químicas. A medida que avanzamos en complejidad en el mundo animal, vemos como algunas células se especializan en la transmisión de impulsos eléctricos, las que forman redes o sincitios que representan sistemas nerviosos rudimentarios. Los sistemas nerviosos determinan la aparición de un tipo de comunicación más rápido y eficiente entre las diferentes partes del organismo, y entre el organismo y su entorno, lo que permite un crecimiento evolutivo subsecuente del organismo. Ascendiendo en la escala de complejidad, vemos como los sistemas nerviosos van formando redes cada vez mas especializadas, con una unidad de proceso centralizada llamada cerebro.
Pues bien, en las poblaciones humanas ha pasado exactamente lo mismo, lo que no es de extrañar si analizamos las comunicaciones dentro del marco de la teoría de los sistemas complejos vivos (de mi invención), que promueve el hecho de que todos los fenómenos son comunes en los diferentes niveles u órdenes de complejidad, particularmente el desarrollo de los fenómenos de cooperación, especialización e interdependencia que podrían ser explicados a partir de principios económicos. Dentro de este contexto los primeros humanos se comunicaban por medio de señales corporales y sonidos. En ese entonces, las comunidades consistían en unas cuantas decenas o cientos de individuos. Las comunicaciones más elaboradas, como los mensajes de humo y la escritura, han permitido un crecimiento de las poblaciones. Sin embargo, el verdadero salto hacia el hiperorganismo cerebrado comienza con las tecnologías de la información basadas en impulsos eléctricos, como el telégrafo, el teléfono y el internet, cuyo desarrollo es responsable en parte por el fenómeno de urbanización global registrado durante el siglo pasado y que aun sigue. Aunque debo decir que el “sistema nervioso” planetario terrestre es aun rudimentario, en forma de red o sincitio, y la formación de un verdadero cerebro se encuentra en algún punto del futuro no muy distante. Pero dicha formación será progresiva y casi imperceptible.
Después de esta breve explicación, entendemos el punto del cerebro planetario constituido por el bosque en la película. El cerebro le permite flexibilidad, desarrollo y un hilo conductor. Aunque a decir verdad, pienso que la película se queda corta al limitar las capacidades de este cerebro. Un verdadero cerebro planetario controlaría un amplio rango de parámetros que van desde el control climático hasta estrategias defensivas contra elementos invasores del planeta.
Ahora, déjeme especular un poco sobre algunos puntos de la película. A la persona observadora le parecerá intrigante el hecho de que los gigantes azules se parezcan tanto a los humanos, ya que la probabilidad de encontrar una forma de vida similar a la de la tierra, con una cultura inteligente y tecnológica muy parecida a la humana y que además hace el amor de manera idéntica a nosotros, es nula. Por lo tanto, y siguiendo la lógica de la película, el ser humano debió desarrollar la tecnología para poblar otros mundos enviando a ellos humanos, otro tipo de mamíferos o tal vez quimeras (mezclas genéticas entre humanos y otras especies). A este respecto los gigantes azules parecen ser “gatumanos” o “tigrumanos”, adaptados a la atmosfera de Pandora. Para esto, las especies llevadas a Pandora por los humanos debieron pasar por un proceso de adaptación rápida por métodos artificiales, como la manipulación genética y la aceleración de los ciclos vitales.
Desde luego que estas son conjeturas, pero la película de manera intencionada deja una gran cantidad de preguntas sin contestar, lo que la hace una candidata ideal para una saga. ¿Por qué y cuando decidieron los humanos poblar de vida a Pandora? Y luego, ¿Por qué fue abandonada por tanto tiempo para después ser reconquistada? De allí es inmediato el tema para la segunda parte: el surgimiento de la raza azul y el poblamiento de Pandora. Es genial. Por algo ganan tantos millones con sus películas. Saludos.
Mmmm, pues a mí me pareció que esta película sí tiene un mensaje que va mas allá de simplemente ambientalista, aunque su matiz "green" es indiscutible. De manera expresa le rendían culto a lo que aquí se conoce como "Madre Tierra".
ResponderEliminarLa historia está llena de deidades y de mensajes de adoración idólatra y paganismo, para el caso, encontramos al “Árbol Madre”, al “Árbol de las Almas” y la mera mera, “Eywa”, que es la diosa encargada de mantener el perfecto equilibrio en la naturaleza y que, al final, escuchando las devotas y sinceras plegarias de Jake, ordenó a todas las fuerzas de la naturaleza atacar al enemigo.
En otras palabras, al menos en mi percepción, el mensaje es que rindamos culto a la naturaleza, lo cual es incompatible con los principios y creencias judeo-cristianos. No se persigue una simple admiración, cuidado o incluso veneración ni tratamiento sagrado de la naturaleza, sino que se exige una adoración, la cual nosotros la damos a un solo Dios.
A mi ver, no existe tal cosa como "Madre Tierra". No es nuestra madre, la Tierra es una creación de Dios y de dominio suyo, y si bien nos la ha concedido en usufructo, ello ha sido con el consiguiente deber de cuidado. Ciertamente debemos preservar la naturaleza y administrarla correctamente; pero solo eso, no adorarla ni rendirle culto.
No obstante y volviendo a la película, considero que el mensaje es bastante positivo, si quien lo recibe conoce, por mencionar algo con lo que estoy familiarizado, lo que dice el Catecismo de la Iglesia Católica, al referirse a la adoración: “La adoración es el primer acto de la virtud de la religión. Adorar a Dios es reconocerle como Dios, como Creador y Salvador, Señor y Dueño de todo lo que existe, como Amor infinito y misericordioso. "Adorarás al Señor tu Dios y sólo a él darás culto" (Lc 4,8), dice Jesús citando el Deuteronomio (6,13).” Análogas doctrinas imperan en todas las iglesias cristianas, así que cada cual busque su equivalente.
Totalmente de acuerdo. “Adoraras a tu Dios sobre todas las cosas”, y eso es lo que hacemos los cristianos, pero pienso que lo que hacían los gigantes azules no era precisamente adoración, sino una especie de comunicación. ¿Recuerda que metían la colita para estar conectados con las demás especies y con el árbol y el bosque? Bueno, era algo como estar "on line" pero surgido de forma natural. O sea, los gigantes eran parte de un hiperorganismo. El árbol tenía una especie de sistema nervioso y mantenía recuerdos, y probablemente también tenía una especie de conciencia rudimentaria. No se puede decir que adoraban a las almas, sino que ellos mismos junto con el árbol y las demás especies estaban conectados como un todo continuo, y las almas no eran más que recuerdos almacenados en este gigantesco sistema nervioso. Es probable que la intención de los creadores haya sido incentivar la adoración a la madre tierra. Se deja ver esa intención, pero yo prefiero verlo como un sistema vivo diferente a cualquier cosa que nosotros tengamos aquí en la tierra, y me parece fascinante la formación de un cerebro en un hiperorganismo, que a mi modo de ver, de existir y llegar a formarse en nuestro planeta algún día, tendría capacidades mucho más grandes que el de la película, y en este sentido la película se queda corta. Bueno, claro que todo depende desde que punto de vista se mire. Como a mí me interesan mucho los sistemas complejos, no lo mezclo con religión. Desde luego que desde el punto de vista de la religión todo cambia y es probable que visto desde esa óptica (que naturalmente es la del Vaticano) las críticas sean validas, por lo que les concedo algo de crédito. Vea, si yo me pongo a analizar las películas de Hollywood desde la perspectiva religiosa, le apuesto que condeno el 99% de ellas y tal vez me quede corto.
ResponderEliminarCon los sistemas complejos nunca se sabe. Dos opiniones contrarias podrían, en principio, estar correctas ambas. Por eso se dice que estos sistemas tienen un gran número de soluciones posibles a cada problema, aunque la tendencia natural del ser humano es comprometerse con una posición y por eso se habla de paradigmas. Hay paradigmas tanto en la ciencia como en la religión y en la política.
Ahora bien, es indiscutible el tinte político que ha adquirido la producción, especialmente cuando Evo Morales sale diciendo que se identifica con la película por su lucha contra el capitalismo para la protección de la “Pachamama”. Si nos ponemos a analizar la película en todos sus ámbitos nunca acabaríamos de escribir. Mire este link con un comentario interesante desde otro punto de vista.
http://librepenicmoncjose.blogspot.com/2010/01/avatar-los-limites-de-una-pelicula.html
Que conste, a mí me gustó mucho esta película y estoy seguro de que puedo asimilar el mensaje ambientalista sin que afecte ni en lo mas mínimo mis principios de fe.
ResponderEliminarEs interesante que cite a Evo Morales, porque él y su etnia rinden culto a la "Madre Tierra".
Definitivamente, yo no veo las peliculas con el cristal de la religion, pues si lo hiciera, ni siquiera las más inocentes peliculas de fantasía de Disney serían lícitas. Existe un portal que indica cuáles películas son saludables para la familia y para no afectar nuestras creencias. El que quiera adecuar su conducta a esos estandares, pues que bien por él, pero a mí particularmente me gusta realizar mis propias críticas y formarme mis propias opiniones, y no adoptar las ajenas.
Es claro que en Avatar pretendieron la existencia de una www a la que podian acceder los habitantes de Pandora por medio de sus colas (no habian avanzado mucho como para hacerlo via inalambrica), y hasta alli todo era mas tecnologico que religioso, pero cuando transformaron al medio ambiente en una deidad, capaz de oir y responder "plegarias", pues el mensaje cambia de rumbo. Incluso se facilita una especie de reencarnacion.
Repito, si uno es capaz de filtrar el contenido y solo quedarse con el mensaje ambientalista, pues enhorabuena, si no, pues habrá más gente con creencias similares a Evo Morales (que bien por Evo).
Lo que pasa es que mucha gente se ha centrado en analisar y criticar el modo de vida de los habitantes de Pandora (¿pandurenses o pandureños?), pero al fin y al cabo son seres de otro planeta y otra especie, por mucho que sean inteligentes y en algo se nos parezcan. Por ejemplo, que Evo Morales diga que se identifica con ellos por su protección a la tierra es igual a que diga que se identifica con los chimpancés porque llevan una vida familiar muy unida. De los alienígenas hay que tomar lo bueno, y ser crítico con las actitudes de los humanos. La película presenta 3 arquetipos: la científica interesada en la búsqueda de la verdad, los conquistadores sin ningun respeto por otros tipos de vida, y el héroe de la película. En muchos aspectos es una típica producción de Hollywood. A mí me llama la atención el tipo de sistema y como habría evolucionado.
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