jueves, 9 de diciembre de 2010

El retorno de la democracia

Por: Edwin Francisco Herrera Paz
Hace unos días, antes de ir a la cama cavilaba sobre lo que los actuales gobiernos del mundo llaman “democracia,” sacrosanta palabra en la que se sustentan los estados modernos. La palabra democracia se ha convertido, en nuestra época, en una especie de “santo grial” por el que vale la pena luchar y morir, y que sirve de caballo de batalla de gobiernos para justificar guerras e intervenciones.
Pericles. 495-429 A.C.
¡Claro que la democracia es preferible al mandato de un caudillo, líder o dictador! Pero, ¿Viven los estados modernos de occidente realmente bajo regímenes auténticamente democráticos? ¿Es verdad que en nuestros países se aplica a cabalidad, con toda propiedad, la esencia etimológica de la palabra democracia? ¿Es que acaso yo, un ciudadano común, tengo algún poder, por mínimo que sea, en las decisiones de estado? ¿Es democracia el hecho de que cada cuatro años me pongan una papeleta con tres tristes candidatos cuyo verdadero pensamiento filosófico ignoro casi por completo? ¿Las decisiones de estado de cualquier índole se toman en realidad pensando en lo que es mejor para mí y para la gran mayoría? ¿Realmente los funcionarios públicos, a quien pago mis impuestos, hacen el mejor uso de mi dinero? ¿Representan genuinamente estos gobiernos el sentimiento y la voluntad de la mayoría?
La respuesta a todas las preguntas anteriores es un rotundo NO. Los gobiernos actuales que hacen alarde de ser muy demócratas en realidad no lo son. En nuestro país, para el caso, los grupos que ostentan el poder económico han comprado, casi por completo, el poder político. Ellos resuelven quienes serán los candidatos y quienes ganaran, lo que consiguen invirtiendo cuantiosas sumas de dinero en forma de publicidad. ¿Los grandes ganadores? Los medios de comunicación masiva, que de paso pertenecen a los mismos grupos de poder. 
Negocio redondo, pero a usted y a mi nos quedó la sensación de estar participando en una genuina democracia. Una vez en el poder, los candidatos se ven comprometidos a tomar las decisiones que favorecerán a los poderosos aunque estas sean contrarias al bienestar de las mayorías, para lo cual utilizan el poder manipulador de los medios. Y lo que es cierto en Honduras, es cierto en el resto del mundo. Los grandes grupos capitalistas han logrado controlar tanto el poder político como el de los medios masivos de comunicación, pero las negociaciones se deben hacer secretamente, bajo una máscara que oculta la verdad con el fin de mantener la ilusión.
Ahora, para comprender el alma de la democracia genuina y original remontémonos a la antigua Grecia, específicamente a un período que comienza en el año 594 A.C. cuando Solón proclama que la participación política de los ciudadanos no dependerá ya de su condición social. La democracia en Atenas no nace de golpe, sino que evoluciona como una lucha balanceada entre dos fuerzas: la oligarquía tradicional, representada por un organismo denominado Areópago conformado por los arcontes, y el poder del pueblo, representado por un complejo sistema de división del territorio ateniense, o Ática, que contaba con representantes de todas las regiones. Sucesivos estadistas, como Clístenes, Efialtes y Pericles brindarían importantes contribuciones al sistema.
Pero el corazón mismo de la democracia estaba constituido por la Asamblea popular, o Ekklesia, compuesta por todos los ciudadanos varones mayores de veinte años independientemente de su condición económica. En la Asamblea los ciudadanos tenían la posibilidad de votar todos los asuntos públicos, además de tener derecho a alzar la mano y expresar sus puntos de vista.
Al parecer, el modelo de democracia en Grecia resultó tremendamente exitoso, lo que se hizo evidente en la batalla de Maratón, con una victoria contundente de los griegos que pondría fin a la primera guerra médica. Se presume que el éxito de la guerra contra los persas descansó en el compromiso genuino de los ciudadanos, quienes no fueron a la lucha por la voluntad arbitraria de un soberano sino por la participación de la gran mayoría en las decisiones sobre dicha guerra. Además, fue la democracia ateniense la que finalmente consolidó el dominio de Atenas sobre las demás polis de la Liga de Delos. La democracia continuó su evolución, con altos y bajos, hasta su final en el año 322 A.C., cuando se desintegran las instituciones democráticas bajo el dominio del imperio Macedonio.
John Locke, fundador del empirismo inglés
El mundo debió esperar más de 2000 años para que la Revolución Francesa trajera consigo los nuevos esquemas de pensamiento que resucitarían la democracia, basada ahora en las ideas de ilustres pensadores como Alexander Hamilton, John Locke, Jean-Jacques Rousseau, y especialmente Montesquieu con su separación de poderes basada en el sistema de pesos y contrapesos. Pero la democracia ya no podría ser directa, como en la antigua Grecia, pues demandaba de una gran cantidad de horas laborales. Además, las ciudades con un creciente número de habitantes no tenían como albergar asambleas semejantes a las griegas. El sistema debía ser solo representativo.
Y llegamos a nuestro tiempo, cuando el sistema democrático de separación de poderes ha demostrado tener fisuras que le permiten ser controlado cada día más por una oligarquía reminiscente del Areópago de Atenas. Y no solo eso. La complejidad alcanzada por las sociedades humanas actuales es tal, que es imposible que unos pocos individuos sean capaces de gobernar o dirigir adecuadamente sus destinos, por lo que este Areópago se torna a la vez, cada día más ineficiente. El número de variables sociales ha aumentado tanto que no se puede predecir el resultado de una decisión. Las tecnologías de vanguardia han determinado la aparición de fenómenos emergentes imposibles de vaticinar. Y es en este momento, hito de la historia, que contamos ya con la tecnología propicia para abrirnos paso en ese mar de incertidumbre social. Contamos con la red global, un instrumento de potencial infinito que nos ha revelado la manera en la que un voluntariado, a escala mundial, es capaz de hacer proezas inimaginables en períodos de tiempo relativamente cortos.
Y como los gobiernos son por naturaleza lentos en reaccionar, las bondades de la inteligencia colectiva de esta red han sido aprovechadas por agrupaciones de activistas. Vimos recientemente el surgimiento de la primera enciclopedia construida enteramente por la comunidad global (Wikipedia), y en estos días los grupos de poder mundial, especialmente estadounidenses y del medio oriente, han revelado su resistencia a la divulgación masiva de la información de parte de un pequeño contingente informático compuesto por cinco personas lideradas por Julian Assange. Desde luego que es un grupo pequeño, pero solo en apariencia ya que es respaldado por una red de informantes y activistas expertos en informática, inconformes que intentan devolver a la democracia su verdadero sentido descubriendo el velo que tapa las intenciones reales de los poderosos.
La ciberguerra se ha desatado. Y no es una guerra entre países. En este caso particular, los activistas son la voz del ciudadano común que lucha contra un status quo que no es malo por su condición de tal, sino porque está quedando caduco y obsoleto. Los cambios los estamos viendo. Ya no hay marcha atrás. 

2 comentarios:

  1. Muy pocos a nivel mundial estan interesados en actualizar y adaptar la democracia a las sociedades contemporaneas, con todas sus complejidades, pues el unico interes comun en los gobernantes es conservar o mejorar su status quo. Sin embargo, la www se está encargando de crear nuevos mecanismos de pesos y contrapesos. De revelar esa informacion oculta, informacion que deberia ser de dominio publico en una verdadera democracia. Todavia en sociedades relativamente pequeñas como la nuestra es posible la decision mayoritaria a traves del referendum, pero este mecanismo se torna ineficaz cuando las personas que deciden sobre los temas que seran sometidos a consulta popular, responden en primer lugar a sus intereses particulares, o los de sus benefactores en tiempos de campaña. Por eso, y por el bien de la democracia, apoyemos a Wikileaks y a Julian Assange, que por cierto, estaba leyendo los extraordinariamente ridiculos cargos que le han imputado; y no es que los hechos sean falsos, sino la figura delictiva bajo la cual se subsumen es demencial, que consiste en no haber usado preservativo cuando tuvo relaciones sexuales consensuales.

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  2. Buen articulo, Edwin. Tu redacción es excelente e invita a la lectura. El contenido es exactamente lo que la oligarquía hondureña debió haber leído el año pasado, aunque aún están a tiempo de leerlo y educarse. La dinámica civilizacional es imposible de detener. El status quo en realidad es un contrato social a largo plazo solo en términos humanos, pero relativamente un período de corta duración en terminos civilizacionales. Y lo importante es que sea de corto o largo plazo, es finito. Y cuando el finito llega a la o, lo unico que queda es el futuro convirtiéndose en presente. Saludos!

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