Inteligencia de enjambre |
En un mundo complejo, cada vez más globalizado, nuestras decisiones y las decisiones de los gobernantes, tienen repercusiones impredecibles. ¿Quiere un ejemplo? El presidente Chávez, acostumbrado a que las grandes potencias se dobleguen ante su poder petrolero no pudo doblegar un pequeño país tercermundista y en extremo pobre gracias a las redes de comunicación a la que tienen acceso los ciudadanos de la clase media. Otro ejemplo. Mañana se efectuará una marcha en contra del ex presidente Chávez, orquestada y simultanea en todo el mundo, un fenómeno nuevo, nunca antes visto contra un mandatario.
Lo que los mandatarios de los diferentes países del mundo consideran decisiones sabias, ya no lo son tanto y muchas veces traen resultados inesperados y contraproducentes. Es así como la disposición del gobierno de los Estados Unidos de congelar la Cuenta del Milenio a Honduras podría traer derivaciones adversas aun para los mismos Estados Unidos. Las consecuencias son desconocidas aun para los analistas más inteligentes y perspicaces, merced de la complejidad e interrelación de las sociedades actuales.
Un fenómeno que los mandatarios -obsoletos y carentes del conocimiento tan necesario sobre los sistemas complejos en la sociedad globalizada- han ignorado es la amplificación de las señales beneficiosas o aceptables a través de la red. Dichos mandatarios han venido siendo castigados duramente por la crítica mundial, y seguirán siéndolo mientras no tomen las decisiones adecuadas basadas en la inteligencia colectiva: especie de oráculo que nunca o pocas veces se equivoca y representado por la voz conjunta de la multitud. Lo difícil de comprender es como, teniendo los elementos y herramientas necesarias para la instauración de modelos de gobierno más abiertos, funcionales y sabios, los estados continúan aferrados a los viejos esquemas. Si usted es observador notará que no ha ocurrido lo mismo con los sistemas sociales y financieros que han evolucionado hacia esquemas flexibles y de rápida respuesta. Si el derrumbe financiero reciente es una prueba del efecto dominó en el mundo globalizado, e indica que el sistema financiero necesita mejoras, la destitución de Zelaya en Honduras y la respuesta de los gobiernos del mundo muestra que el sistema político internacional actual tiene siglos, o quizá milenios de retraso.
Superorganismo |
Lo que estamos viendo en la actualidad es la manera en la que el sistema social mundial interconectado comienza a invadir las esferas de poder de los gobiernos, que han sido la exclusividad de unos pocos, exigiendo a gritos ante los oídos sordos de los gobernantes, su cuota de poder: un poder distribuido entre la colectividad mundial. Es así como, a más de un mes de la destitución del presidente Zelaya en Honduras, los gobiernos no comprendían ni aceptaban el hecho, mientras los ciudadanos comunes de los pueblos nos daban en su mayoría su apoyo incondicional, al igual que el apoyo a los ciudadanos venezolanos que protestan en las calles de Caracas en la actualidad y a los jóvenes colombianos ofendidos ante los insultos de Chávez, lo cual ha resultado en la marcha mundial que se vislumbra de proporciones gigantescas.
Esto es, la señal de unos pocos ciudadanos del mundo protestando contra injusticias, amplificada en la red social, tiene un efecto mundial: miles o quizá millones de personas a lo largo y ancho del planeta actuando al unísono. ¿Recuerda los cardúmenes de peces? Nadie en su sano juicio creerá que un pez es muy inteligente, sin embargo el cardumen exhibe un comportamiento grupal que raya en la genialidad. Eso es inteligencia colectiva. La clave está en la comunicación, y el habitante común del planeta tiene ya las herramientas para formar parte de una inteligencia colectiva mundial.
Cardumen inteligente |
Este sistema social global causará un caos y desestabilización mundial, predecible desde el punto de vista de los sistemas complejos, que durará por lo menos hasta que los gobiernos decidan incorporarlo a los esquemas de mando en las naciones. No es una opción. Es cuestión de tiempo. La globalización y la redistribución del poder entre los ciudadanos son resultados inevitables de un mundo más complejo e interconectado. Está en las manos de los gobernantes utilizar las herramientas tecnológicas para así basar sus decisiones en la llamada inteligencia colectiva.
Algunos partidarios del socialismo han dicho que la opinión del ciudadano común en asuntos especializados no supera a la del técnico asesor de un gobierno, y que las mejores decisiones son tomadas por un caudillo. FALSO. La ciencia moderna ha probado todo lo contrario. Las decisiones más certeras son tomadas por el promedio de la colectividad. Pero entonces no hablemos ya del ciudadano común dando su opinión, sino de la legión de expertos de un país en un asunto en particular, originando ideas, y apoyados, no digamos por el ciudadano común, sino más bien por la colectividad de los ciudadanos del estado para generar las mejores decisiones en diferentes asuntos. A este aparato, al que usted alimenta con un problema y obtiene como salida el conjunto de las mejores decisiones posibles para el problema en cuestión, le he llamado “el oráculo del pueblo”. Esto es, repartición, o más bien difusión del poder creativo de todos los elementos de una nación. Aunque a usted le parezca mentira, ya tengo un esquema de proyecto que pondrá la inteligencia colectiva al servicio de las naciones y que cambiará al mundo, comenzando por los países que primero lo adopten.
Ayer quería conquistar al mundo. Hoy, solo mejorarlo. Que tenga buen día.
Las redes sociales son un esbozo primitivo de lo que puede ser una red democrática: Honduras bajo la lupa: Las Redes Democráticas y los Sistemas Sociales.
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