martes, 22 de septiembre de 2009

El Jefe de Jefes llega a la Embajada

La privación de la libertad es un trago ácido para las personas que estamos acostumbradas a deambular libremente por la ciudad. Siento unos impulsos enormes por comprar mi capuchino diario, que me reanima y me prepara para enfrentar el día. No puedo ir a dar ni un paseo por el mall, como buen “camisita blanca”. El toque de queda afecta la economía pero también la psiquis de los ciudadanos. Como el día de ayer dicho toque de queda fue impuesto de un momento a otro, la gente no pudo comprar sus provisiones. Me preocupa que se nos agote la comida en la casa, por lo que deberemos racionarla, algo que no está del todo mal considerando las libritas que he subido en los últimos días.

Claro, yo podría salir, pues soy médico. Pero, ¿a qué? ¿A contemplar la ciudad vacía? Y tampoco me arriesgo, no sea que termine en un campo de concentración. Los de la resistencia dicen (lo escuché en radio Progreso) que estos campos solo se pueden igualar al de Auschwitz en tiempos de la Segunda Guerra Mundial y Alemania Nazi por las tremendas y desmedidas torturas a las que son sometidos los detenidos, como escuchar propaganda política de los candidatos presidenciales Elvin Santos y Pepe Lobo por altoparlantes.

Y todo este lío se originó el día de ayer cuando Manuel Zelaya Rosales regresó a Honduras y se refugió en la embajada de Brasil. Dijo Mel que pudo pasar la frontera pagando un jugoso soborno con petrodólares. Dice el ex presidente que se vino “mojado”, lo que demuestra que Honduras es tan grande en estos momentos que la dirección del flujo migratorio cambió, y el ex mandatario viene en busca del sueño Hondureño. No se sabe qué disfraz utilizó para no ser reconocido en el trayecto, pero es probable que haya tenido que desprenderse temporalmente de su sombrero, con el que en la actualidad vive en estado de simbiosis manteniendo un rico, complejo y diverso micro ecosistema.

Mientras tanto Micheleti dice que a Mel ya le tienen preparada la bienvenida, con una cómoda celda presidencial en la Penitenciaría Central, con televisión por cable incluida. Algunos gobiernos de la Unión Europea continúan sin reconocer el gobierno de Micheleti, y presionan por la negociación y la restitución de Zelaya. La titular del Departamento de Estado de los Estados Unidos, quien luce una linda y delicada cornamenta debido a las andanzas de su marido, también presiona por la restitución.

Parece ser que el Petróleo de Chávez Frías es solo la punta del Iceberg en la alineación de los países con el socialismo del siglo XXI. En el actual conflicto político hondureño priman los intereses de grupos económicos en busca de monopolios mundiales, para quienes el socialismo es ventajoso. Mientras en el siglo pasado los grupos de poder económico encontraron en el libre mercado un nicho en el cual pudieron prosperar, hoy en día las alianzas con dictadores se vislumbra conveniente, ya que estos últimos pueden imponer en sus respectivos países los productos que la población consume. Este estado de cosas lo podemos inferir a partir de las posturas de los medios de comunicación de dominio mundial, como Microsoft Network y CNN.

Pero si la postura de las grandes cadenas mediáticas mundiales es evidente debido al giro de su actividad, hay otros grupos que se mantienen tras bambalinas, invirtiendo cuantiosas cantidades de dinero en el afán expansionista de Chávez y el socialismo. Los imperios económicos que se posicionen en las nuevas economías socialistas tendrán asegurado un monopolio duradero debido a la perpetuación en el poder de los gobernantes caudillos, por lo que hoy en día eso grupos mantienen alianzas estratégicas con los políticos socialistas. Para estas alianzas el bienestar de las mayorías queda en segundo plano, pero se utiliza como un efectivo caballo de batalla.

En estos momentos los grupos que lideran la resistencia están emplazando a sus miembros a armarse. Manuel Zelaya quiere un derramamiento de sangre de hondureños (mientras no sea la de él) y llama a desobedecer el toque de queda. Al ex presidente se le ve demacrado, y ahora que han cortado la electricidad en la embajada de Brasil, no puede escuchar los narcocorridos que tanto lo animan.

A mí me sigue preocupando lo de la comida. En mi clínica, por ejemplo, los empleados piensan que estarán encerrados por varios días y tendrán que recurrir a la misma solución que los supervivientes de los Andes. Olga, la enfermera, está preocupada ya que al ser la mejor provista de carnes (léase gordita) sería la primera en ser comida. Esperemos no llegar a esos extremos. Saludos.

1 comentario:

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