Hembras alfa |
“La división que configura el género no es neutra, como han puesto de manifiesto muchas pensadoras a lo largo de la Historia. No hay más que mirar a nuestro alrededor para ver cientos de ejemplos: el vestidito rosa o el traje azul para el bebé que acaba de nacer según sea niña o niño; grandes zonas en los supermercados con juguetes de construcción, deportes o coches para niños y otras fácilmente identificables por los tonos pastel llenas de muñecas-bebé a las que cuidar y mimar, juguetes representando electrodomésticos y muñecas similares a las modelos televisivas que se pretende que las niñas emulen en un futuro próximo. Si alguien cree que esto pertenece al pasado no tiene más que visitar unos grandes almacenes cualesquiera, observar los anuncios televisivos para niños o revisar los regalos que han traído en las pasadas navidades los Reyes Magos. Los análisis realizados por el Consell Audiovisual de Catalunya sobre spots publicitarios de juguetes correspondientes a la navidad de 2004 mostraron una tendencia al incremento del sexismo y no a su disminución, como cabría esperar”.
Dominantas y dominados |
El párrafo anterior fue escrito por la Doctora Sara Barbel, y aunque en su artículo encuentro muchas cosas interesantes y acertadas, me parece que en este párrafo cae en un extremismo que raya en la polarización. Es cierto que es deseable la igualdad de géneros en la sociedad. De hecho, las mujeres sobresalen en todos los campos del quehacer humano, y confieso que las personas más eficientes que he conocido en el ámbito profesional son del sexo femenino.
Sin embargo, eso no quiere decir que no existan diferencias, y es precisamente debido a esas diferencias que los seres humanos somos la especie exitosa de hoy en día.
Aunque el rol de los géneros varía ampliamente de acuerdo a la influencia cultural, definitivamente hay factores biológicos determinados por los miles de años de evolución como cazadores-recolectores, o incluso antes de la existencia del Homo sapiens como especie.
Contrario a los que la Doctora Barbel sugiere, las tiendas de juguetes no tienen estantes de muñecas exclusivamente para las niñas solo porque están dirigidas por un contingente de hombres machistas. Los empresarios (y las empresarias) analizan fríamente las tendencias y toman las decisiones que les proporcionarán los mayores dividendos.
Y no debemos olvidar que es esa misma tendencia a jugar con muñecas la que hace de las mujeres, seres con una extraordinaria habilidad en las relaciones interpersonales, con una enorme sensibilidad, superando por mucho al hombre promedio en este campo. Por mi parte, no tengo ningún problema en reconocer la superioridad de las féminas en este aspecto.
Los roles sexuales no se ven solamente en el ser humano sino a todo lo largo y ancho del reino animal, y hoy me referiré a algunas especies en las que la hembra parece ser la dominante, por lo menos en algún aspecto de la relación. Veamos:
Viuda buscando marido |
Viuda negra. La araña Latrodectus mactans es una belleza, color negro brillante, con un reloj de arena rojo dibujado en el abdomen. Las majestuosas hembras miden tres veces más que los machos y pesan 30 veces más.
Estas arañas son más bien tímidas, dóciles y solitarias, con el pequeño inconveniente de que, después de aparearse, la hembra se come al macho. Enterito. No le deja ni los huesos (o más bien el exoesqueleto). El pobre araño sirve de cena para que la hembra pueda estar fuerte para la reproducción, pero eso no le importa al mancho con tal de ver satisfechos sus impulsos. ¡Eso es lo que yo llamo una hembra dominante!
-Leopoldo, ¿me quieres? -Daría cualquier cosa por ti, Amalia |
Mantis religiosa. Este es un insecto carnívoro tímido. La hembra es un poco más grande que el macho. Cuando siente el deseo de aparearse se pone su loción favorita (feromona) y sale en busca de su conquista. Los machos se pelean por aparearse con ella y solo uno logra hacerlo.
Lo llamativo de esta especie es que algunas veces, mientras la pareja copula, a la hembra se le ocurre la simpática idea de comerle la cabeza al macho. ¡Y después de esto continúa con la relación! El macho literalmente “pierde la cabeza” por amor. La Mantis es, sin lugar a dudas, la crème de la crème en el arte del sadomasoquismo. Y si usted creyó que la hembra mantis era una santita por ser religiosa, bien equivocado que estaba…
La leona. El león (y la leona) o Panthera leo, al igual que los tigres (y las tigras), los gatos domésticos (y las gatas domésticas), los leopardos (y las leopardas), los jaguares (y las jaguaras) y otros gatos (y gatas) forman parte de la familia felidae.
El león vive la mayor parte del tiempo una apacible vida con su harén. Por alguna razón los machos viven mucho menos que las hembras. En su ambiente natural ellas viven hasta los 14 años y a veces más, mientras el león no pasa de los ocho años. Algo similar ocurre en los humanos. Sin embargo la diferencia en longevidad en nuestra especie es pequeña.
Lo que me llama la atención de esta especie es que es la hembra la cazadora. Generalmente el grupo de leonas emprende esta actividad en conjunto, cazando de esa forma grandes mamíferos ungulados. Supongo que los machos se quedan limpiado su guarida, recolectando semillitas y cambiándole los pañales a los leoncitos mientras se enfrascan en entretenidas tertulias. Dicen que la semana pasada se avistó un imponente león cargando una gran cartera en el hombro…
Pues como te iba diciendo Vicente, parece que a Inocencio su leona le da mala vida... |
Bien, espero que este breve recorrido por el reino animal (¿o será reina animala?) haya sido de su agrado
Que Gracioso y cruel ( Gracru) pero así es la naturaleza. lo felicito por la sencillez con que explica ese tema tan complicado
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