tomado de: http://dominicanoshoy.com/uploads/pics/12-03-09-Corrupcion-y-mentira-.jpg |
Imagínese usted que compra un electrodoméstico, una refrigeradora por ejemplo. Va a Diunsa, La Curazao o a cualquier otra tienda de la ciudad y solicita pagar al crédito. Usted firma letras de cambio por las cuotas y además, lo ponen a firmar una letra en blanco, por si acaso. Usted se va con su nueva adquisición a su casa.
Los meses siguientes usted paga puntualmente sus letras hasta que cancela totalmente el electrodoméstico. Pero ahora resulta que vendieron la tienda, y los viejos dueños le pasan a los nuevos una lista con las cuentas por cobrar en donde usted está incluido con una deuda de 1000 lempiras. Los nuevos dueños lo llaman por teléfono y le dicen que debe, y usted procede a demostrarles que no es así, con recibo en mano.
Pasan ocho años. Usted se mudó de casa y ya recicló todos los papeles viejos incluidos recibos antiguos. Un día sale de su casa a dar un paseo. Gente encargada por la tienda de electrodomésticos irrumpe en su casa, busca en su caja fuerte y le roban 10000 lempiras. Cuando usted llega y no encuentra el dinero, por poco le da un infarto.
Necesitaba el dinero para hacer unos pagos, pero este ya no está. En su lugar encuentra una nota de la tienda en la que le indican que su dinero fue “debitado” porque usted tiene una antigua deuda con ellos. Usted reclama y les dice que la deuda ya prescribió, que no tienen derecho de hacer eso, pero entonces ellos le recuerdan aquella letra de cambio que usted firmó en blanco. Nada que hacer. El robo se consumó y usted está con las manos atadas. Aun así, puede acusarlos de allanamiento de morada.
Tomado de: http://turismoenba.files.wordpress.com |
“Pero eso no puede pasar,” dirá usted. Yo le digo que sí puede pasar, y de hecho pasa a diario en nuestro país, y no solo a una sino a muchas personas, y en una situación en donde usted no puede acusarlos de allanamiento. Y no es una tienda la que hace eso. Es una institución financiera. Una institución en la que confía su dinero para que sea administrado celosamente. Los acusará de asaltantes, y decididamente en algo se parecen a los asaltantes, pero son una estirpe mucho peor. Del asaltante uno se cuida. Es una guerra declarada en la que se sabe quién es el enemigo. Por otro lado la institución financiera se autoproclama como su “socia,” aquella que lo convence de que con ellos “es posible” y lo seduce locuaz y sutilmente para que utilice sus tarjetas de crédito. ¡Pues claro que es posible! Pero que lo asalten a usted.
Bien. A mi madre le pasó la semana pasada, y tal como prometí en una entrada anterior dejaré que ella nos cuente con sus propias palabras:
“El día 28 de agosto del 2010, llené un cheque para pagarle a un muchacho por un trabajo de la casa. Yo tenía L.13,000.00 en la cuenta del Banco. Cuando el muchacho fue a cambiar el cheque le dijeron que no se lo podían pagar porque el dinero estaba retenido. Como pensé que se trataba de un error, el día siguiente le fui a preguntar al Banco el porqué no había pagado el cheque. El muchacho que me atendió en el banco me dijo que no sabía y que me dirigiera al departamento legal. Él mismo me comunicó con el tal departamento legal y allá me contestó un supuesto Abogado. Yo le pregunté qué porqué razón me habían retenido mi dinero y él muy frescamente me contestó que yo tenía una deuda con (el quebrado) Banco Capital y que por eso me habían retenido mi dinero. Yo le dije que tenía que probarme que yo le debía, que yo no tenía ninguna deuda con Banco Capital y que si ellos tenían documentos físicos donde constara que yo les debía que yo pagaba, eso por una parte, por la otra, si yo les debía porqué no me habían cobrado si yo tengo tres tarjetas con ellos desde hace más de veinte años, que además cualquier deuda ya estaba prescrita. Recuerde -me dijo- que usted firmó una letra en blanco para responder por cualquier deuda. Después de decirle de lo ilícito que es el hecho de que me estén reteniendo mi dinero sin ninguna orden judicial me dijo que yo debía a Banco Capital y que yo había firmado un documento donde facultaba a su banco, que había comprado la cartera de Capital, para que me retuvieran dinero, lo cual es mentira, porque aunque es verdad que hace como ocho años yo tuve una tarjeta de Capital yo no les quede debiendo. Pero ya no tengo ningún papel, ya que después de cinco años, cuando los recibos prescriben hacemos una limpieza del archivo en nuestro bufete. Me dijeron que me iban a enviar información para probarme que yo debía y aun no he recibido nada. A Banco Capital yo no le firme ningún documento facultándolo para que este banco ahora me quitara mi dinero. A este banco que me tiene mi dinero retenido no le he firmado ningún documento para que me lo quitara. En todo caso, ni siquiera tuvieron la amabilidad de decirme que tenía una cuenta pendiente con Banco Capital. Otras veces yo he tenido más dinero, pero justo cuando casi no tengo nada me lo quitan”.
Bueno, esa es la historia de mi madre con el mencionado banco. Y por la información que he podido recabar, también de cientos, o incluso miles de ex clientes de Banco Capital que pagaron sus deudas pero ahora el banco les decomisa sus ahorros por esa supuesta deuda pendiente. Y no solo eso. Después de 8 años las mencionadas deudas han crecido hasta quintuplicar la cantidad. ¡Bonita forma de enriquecerse a costa del inocente la de estos sinvergüenzas! Juzgue usted, amigo lector.
P.D. Para que se convenza definitivamente de las virtudes del consumismo y cómo este mejora el mundo en que vivimos visite: http://www.rscbaccredomatic.com/carta-nuestros-lideres.html. Después de leer esto quedará absolutamente convencido de que lo mejor que puede hacer en su vida por usted mismo y por la humanidad es botar su salario mensual endeudándose con su tarjeta de crédito.
Lea también: BAC CREDOMATIC
http://lahondurasvaliente.blogspot.com/2010/09/el-desequilibrio-de-la-riqueza-poder-y.html
Es increible a lo que ha llegado el sistema capitalista de nuestro tiempo.
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