“¿Cuándo despojaremos por completo a la naturaleza de sus atributos divinos? ¿Cuándo tendremos derecho los hombre a volvernos naturales, en una naturaleza pura, descubierta y emancipada de nuevo?” Esto lo expresó el célebre filósofo teutón Friedrich Wilhelm Nietzsche, en su libro “Gaya Ciencia.”
Carl Sagan, el eminente astrofísico y magnífico divulgador científico norteamericano, autor de Cosmos y otros libros, ganador del premio Pulitzer por “Los Dragones del Edén”, en su libro basado en sus ponencias en las prestigiosas Conferencias Gifford “La diversidad de la ciencia,” argumenta magistralmente que la religión es un producto de nuestra incapacidad de comprender el mundo. Cuando no se comprendía algo, entonces se les atribuía a los dioses. Se adoraba a los dioses buscando su favor.
El renombrado fisiólogo Sigmund Freud, fundador del psicoanálisis intentó por su parte, en “Totem y Tabú,” dar una explicación racional a la religiosidad, principalmente al cristianismo.
Como estos, muchos otros hombres, principalmente de ciencia, han intentado eliminar a Dios de la ecuación. El universo existe por sí mismo. Mejor dejemos las cosas como están, porque con un universo complejo es suficiente. No nos hace falta un creador todavía más complejo. Eso complica las cosas.
Mas ninguna de las explicaciones esgrimidas por los más ilustres filósofos y hombres de ciencia logra deshacerse de Dios. Carl Sagan no podría explicar por qué en la actualidad la gente continúa buscando de Dios más que de la ciencia, no para intentar dar explicación a los fenómenos naturales -ya sabemos que la ciencia se encarga de esto-, sino para curar las heridas del alma. Aun en este tiempo de rápidos avances científicos, el género humano obstinadamente, insistentemente, vuelve al tema de Dios.
Se le dice al público que la religión se ha equivocado demasiadas veces; que la religión es culpable de muchos de los grandes conflictos y que el fervor religioso nos más que un subproducto de algún factor evolutivo que ya no nos es útil. Sin embargo allí seguimos, científicos y legos, en búsqueda de aquello que nos trasciende porque no podemos comprender. ¿Qué nos hace creer que hay algo, alun factor de inteligencia infinitamente superior a nosotros? ¿No es acaso más sencillo para nuestra mente racional desaparecer a Dios de la fórmula y quedarnos con lo que sí podemos comprender? Pues resulta que no. Continuamos insistiendo. Somos unos necios.
Resulta que ni Dios está fuera de la ecuación, ni el hombre está cerca aun de comprender el por qué de la existencia de nuestro universo, así como de las constantes universales, la evolución a la complejidad, los cerebros humanos, la belleza, la luz, y tampoco de la tristeza, la maldad y la oscuridad. De hecho, cada vez que un hombre se proclama poseedor de la verdad surge la evidencia apabullante que demuestra cuán equivocado estaba.
Resulta que, la búsqueda de la verdad es una cualidad humana tanto como lo es la espiritualidad. Es más, pienso que espiritualidad y razón son dos cualidades que han evolucionado simultáneamente. Además, por cada tesis de los detractores de Dios se puede esgrimir una antítesis tan plausible y válida como la primera.
En “La diversidad de la ciencia” Carl Sagan cita un proverbio yiddish que dice: “si rezar sirviera de algo, contratarían a gente para hacerlo,” minimizando el poder de la fe y de la oración a simples supercherías. Desde luego, un hombre escéptico nunca conocerá ni entenderá el poder de la fe, no porque ciencia y fe sean contrarias, sino porque la misma definición de “fe” excluye al pensamiento escéptico de su comprensión.
La fe es: la certeza de lo que se espera y la convicción de lo que no se ve. No existe ningún creyente que haya experimentado el poder de la fe que no crea en ella. Por otro lado, no existe ningún escéptico que sepa en realidad algo sobre el poder de la fe, a menos que se abandone por un momento y se vacíe de su escepticismo para acogerla. Es decir, la ciencia puede aproximarse por el método científico a cualquier fenómeno de la naturaleza, con excepción de la fe. Esta ha resultado una barrera infranqueable entre ciencia y religión.
A continuación presento una hipótesis alternativa del por qué el ser humano busca a Dios y a la fe, intentando simultáneamente encontrar un asidero en donde confluyan ambos caminos del entendimiento.
Hipótesis evolutiva del cerebro complejo. Debido a la complejidad de los crecientes neocortex en evolución, el ser humano comenzó a comunicarse, a formar una cultura tecnológica y a dominar su entorno. Un subproducto de esta evolución fue su percepción de lo trascendente. Debe haber algo inteligente, superior a nuestra naturaleza que maneje los hilos. Hasta aquí la hipótesis es idéntica a la de Carl Sagan, pero con una diferencia.
A partir de esos primeros contactos con la fe el ser humano encontró un factor adicional de supervivencia. La fe le ayudó al hombre primitivo, junto con otras cualidades que hacen de nosotros lo que somos, a sobrellevar su vida, a sobrevivir en los helados parajes europeos durante las eras glaciales (algo que no lograron nuestros primos los neandertales) y llegar al estado tecnológico actual. En este caso la fe habría sido un factor evolutivo y de supervivencia tan poderoso como lo son el lenguaje, la capacidad de abstracción, el manejo de herramientas y la compleja conducta social, pero eso solo es posible sí, y solo sí, la fe efectivamente ayuda a “mover los hilos.”
¿Por qué los humanos, al igual que otros animales superiores, somos capaces de categorizar, de compartimentalizar los objetos a nuestro alrededor clasificándolos en categorías que van de específicas a generales? Pues debido a nuestra estructura cerebral, la cual es en sí misma compartimentalizada y compleja. La mente humana evolucionó para sacar el máximo provecho de esta capacidad. Estructura, función y evolución van juntas. De igual manera, la complejidad de nuestro cerebro nos acerca más al concepto de Dios, una mente de una infinita complejidad.
Me parece una idea genial. Realmente buscamos a Dios porque en el planeta tierra somos los organismos más cercanos a Él. Somos lo que más se le parece y por lo tanto lo intuimos, y la fe es nada más que una consecuencia de esa realidad. De ser verdadera esta hipótesis, las consecuencias que se desprenderían serían interesantes. Estructuras más complejas que los cerebros humanos (los superorganismos, por ejemplo) se aproximarían mucho más a Dios como realidad de lo que sería capaz cualquier ser humano. Más aún. Niveles crecientes de complejidad se aproximarían paulatinamente más a Dios, hasta que en una enorme estructura mental de complejidad universal, finalmente converjan ciencia y religión en una sola verdad.
Por eso el universo está diseñado de ese modo. Por eso las partículas se unen en relaciones crecientes hasta formar seres vivos, los cuales se asocian para formar estructuras cada vez más complejas, con mayores niveles de conciencia, cada vez más cercanas a Él. En el estudio de los sistemas complejos vivos se unen ciencia y teología. Allí podemos encontrar la clave.
Bien, hasta aquí mi hipótesis.
lea también:
Mis respetos, es Ud. muy valiente en enfrentar la embestida de un tema como este... Básicamente de acuerdo y en especial que NO podemos llegar a saber todo y ni siquiera es importante...Edwin, cada cierto tiempo camina entre nosotros alguien que es un monstruo humanizado, alguien como Goethe con un IQ de 210, Mozart, Einstein, Newton, Buda, Gandhi, Platon, Aristoteles, Picasso, Da Vinci, García Marquez...si 100 es normal, al par de cualquiera de ellos somos criaturas balbuceantes y surrealizadas en el pamper...sino fuera por su contribución directa a la civilización, todavia andaríamos cazando jabalíes con garrotes...Despues de satisfechas las necesidades básicas y obtener una seguridad relativa, el humano hace contemplaciones que buscan coherencia... un ej de elucubración sobre ubicua inteligencia: Las plantas sin cerebro, ni sentidos, se percatan (¿intuyen?)que hay un ser que revolotea fuera, que ve, huele y gusta, conceptos que NO hay forma que puedan aprehender...pero se las arreglan a producir excrecencias de colores brillantes, sabroso olor y sabor... y la información genética felizmente viaja en los mocasines de los alcahuetes himenopteros... Una pregunta posible ¿Cómo la planta en su propio interes se las arregló a diseñar un sistema reproductivo sexuado con una técnica impractica, improbable e inacequible para sus propios medios y como pudo hacer ecuaciones para contar con seres extraños que gozan de facultades que ellas en si NO puede concebir?... a pura prueba y error elevados a cien millones de años... No pareciera... en la naturaleza error significa muerte...¿Como el que murió va transmitir o influir con esa su última experiencia fisiológica a los que quedaron atrás o los que vienen despues? Ni siquiera se ha podido probar la forma en que la experiencia fisiologica trasciende a la información genetica, habida cuenta que no hay canales o frecuencias intelegibles comunes...¿A pura mutación?... el hombre antiguo pensó ante cuadros redondos como este, quizás hay una inteligencia poderosa que gobierna muchas cosas...al huracan, a la peste...¿Como hago para ganarme esa Voluntad?...Le voy a dedicar este cabrito en aquel cerro, NO vaya ser la sequía y la langosta...le doy la primicia de la vid y el trigo y el diezmo de mis negocios...como agradarle?...Viene Uno que camina entre nosotros con un misticismo superior...NO es que tengo que abstenerme de matar por que lo prohibe el Decalogo o el Código dictado por Dios como una carga, sino que mi iluminación me permite entender y compartir la voluntad Trascendente... el Padre se complace en El y se glorifican mutuamente...las antiguas, trágicas pero tambien gloriosas profesías se cumplen y el mundo espiritual rompe la matriz del mundo fisico...lo que viene despues, son religiones, muchas interpretaciones que ciertamente son escuela de valores, los cultos y sectas $$$...como dijo un día el connotado Psicologo y Filosofo norteamericano William James bajo los efectos de unas sustancias con las que personalmente le gustaba experimentar: "No hay diferencias, sino diferentes grados entre la Diferencia y la No Diferencia"...ja ja ja...-Saludos. José Ma. Castillo Hidalgo.
ResponderEliminarMis respetos es Ud. muy valiente en abordar un tema como este...Básicamente de acuerdo, en especial que NO podemos saberlo todo ni es importante...Edwin, cada cierto tiempo caminan con nosotros monstruos humanizados como Goethe con IQ 210, Mozart, Gandhi, Aristoteles, Einstein, Newton, Picasso, Gandhi, Buda, Garcia Marquez...nosotros asimilamos...Satisfechas las necesidades básicas el humano hace contemplaciones en búsqueda de coherencia...un ejemplo probable sobre inteligencia ubicua: Las plantas sin cerebro y sin sentidos, se percatan (o intuyen?) seres que revolotean,ven, huelen y gustan, conceptos que NO hay forma que puedan aprehender...pero producen excrecencias de colores brillantes, olores y sabores deliciosos para que irresistiblemente las visiten los alcahuetes himenopteros y felizmente la información genetica viaje en sus patas a otra planta remota...pregunta posible...¿Como la planta se las arregla para generar un sistema reproductivo con una técnica improbable y que cuenta con una voluntad exogena para ser exitosa y en consideración directa a facultades que NO puede concebir? A pura prueba y error en función de miles de años? No pareciera, el ser que murió o fracasó NO puede transmitir su experiencia fisiologica que lo eliminó a los que quedaron ni a los que vendrán...Tampoco se ha podido probar la forma en que la experiencia fisiologica trasciende a la información genetica.- A pura mutación a lo bruto? Elucubraciones como estas hicieron que los antiguos pensaran en la posibilidad de un Ser con inteligencia superior, que quizas controlaba también la tormenta, el rayo, la peste...y de alli el interes en controlar al Controlador...quizá con un sacrificio en el monte...con una penitencia...con un ruego...Viene Alguien con un misticismo mejor...hay que cumplir los mandamientos y guardar el culto para agradarle...y aún Otro con una enseñanza mucho superior...interpretar la Voluntad Trascendente y hacerla propia...satisfacerlo siendo perfectos...pero la profesía tenía que cumplirse...se sacrifica al Bien Amado y el mundo espiritual rompe la matriz del mundo fisico...las religiones son escuela de valores, hay cultos y $ecta$...pero la verdad nos hace libres...como dijo un día el connotado Psicologo y Filosofo norteamericano William James bajo los efectos de una sustancia con la que le gustaba experimentar "No hay diferencias sino diferentes grados entre la Diferencia y la No Diferencia" ja ja ja... saludos. jose ma. castillo hidalgo.
ResponderEliminarClaro, el mistisismo se va refinando, pero la pregunta "¿por qué todas las culturas buscan lo espiritual?" No ha sido contestada satisfactoriamente. La hipótesis de "controlar al controlador" esgrimida por Carl Sagan y otros puede explicarlo solo en parte. No es cierto lo que dice Sagan que la gente busca a Dios solo para pedirle. Muchas personas están de acuerdo y han experimentado el hecho de que lo único que realmente llena al hombre es Dios. Lo único que lleva a esa "paz que sobrepasa todo entendimiento," como dijo el Apóstol Pablo. O como diría Salomón al final de Eclesiastés después de repetir muchas veces "vanidad de vanidades,":El fin de todo el discurso que has oído es: Teme a Dios y guarda sus mandamientos, porque esto es el todo del hombre."
ResponderEliminarEl Dr. Sagan murió relativamente joven, de leucemia, y su partida fue una gran pérdida para la ciencia. Me parece una lástima que en sus últimos días no haya intentado verificar su hipótesis nula acerca de la fe.
Gracias por su excelente (como siempre) comentario.