El tema adquiere una importancia capital en diversos campos del conocimiento. En psicología y psiquiatría se estudian la transferencia y la contratransferencia, refiriéndose a la transmisión de vivencias infantiles del paciente al analista y viceversa. En el campo de la psicología social, hablamos de conformismo cuando la conducta de un individuo se acomoda a la del grupo, es decir, la influencia del consenso sobre el individuo. En los campos de la política, la religión, las artes, y en general cualquier ocupación del ser humano, en ocasiones vemos el fenómeno contrario: un individuo influenciando con sus opiniones y actitudes al grupo, y decimos que esa persona es poseedora de un gran carisma.
La influencia toma aun más importancia cuando nos damos cuenta de que los sistemas sociales se forman de relaciones de diferente índole. Es obvio que la influencia de una persona puede cambiar al mundo, ya sea para bien o para mal. Nuestro Señor Jesús cambión el mundo, y continúa influyendo sobre él 2000 años más tarde a partir de la influencia que ejerció sobre un puñado de hombres que posteriormente difundieron su mensaje a todo lo ancho y largo del globo terráqueo. De igual manera, Adolf Hitler influyó sobre el pueblo alemán desencadenando la segunda guerra mundial y el llamado holocausto judío.
Pero, ¿y el resto de nosotros, hombres y mujeres comunes? ¿Tendremos alguna influencia sobre el devenir de la sociedad como para hacer una diferencia? Pues al parecer, todos tenemos más influencia de lo que pensamos. Todos formamos parte de una red social dinámica, influida por el comportamiento de cada uno de los miembros. Somos parte de una red social “viva.”
Nicholas Christakis es un médico, sociólogo e investigador griego-americano cuyo campo de investigación resultó extraño en un principio para la comunidad científica. Mientras otros estudian la influencia de las relaciones mediante las interacciones sociales individuales, El Dr. Christakis estudia la red de relaciones sociales como un todo y la manera en la que las emociones y las conductas tienen influencia y se diseminan en esta red. Los hallazgos de Christakis han sido sorprendentes. No solo las emociones se contagian en la red social, sino los hábitos y hasta la obesidad.
Cuando se analiza la red atreves del tiempo, uno se da cuenta de la complejidad dinámica que tiene lugar en ella. “En esta red, la gente muere, pero no muere”, dice el Dr. Christakis sobre la influencia de las personas aun después de muertas. “Me di cuenta de que esta cosa, esta red, en realidad está viva,” dice a continuación en su disertación para TED, algo con lo que usted ya estará familiarizado si le ha dado seguimiento a mi teoría de la evolución hacia la complejidad.
Pues bien, ya usted lo sabe. Las emociones, hábitos y conductas son contagiosas y se propagan en la red en el tiempo. La ayuda que le preste hoy a alguien necesitado, ese espíritu de benevolencia, se puede contagiar y amplificarse en la red, de tal manera que es más probable que alguien mañana ayude a un familiar suyo en necesidad. Su comportamiento, sus actitudes y lo que usted hace tiene más influencia de la que usted cree. Ahora lo dejo con el Dr. Christakis para que le explique mejor sus estudios con las redes sociales. No olvide activar los subtítulos en español.
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La ayuda que le preste hoy a alguien necesitado, ese espíritu de benevolencia, se puede contagiar y amplificarse en la red, de tal manera que es más probable que alguien mañana ayude a un familiar suyo en necesidad.
ResponderEliminarNo sabes como me gusta venir a tu Blogg :)
ME ENCANTA !!! Feliz Lunes que DIOS te BENDIGA MUCHO a ti junto con todos los tuyos
Un beso