Por: José María Castillo Hidalgo
Creo que para pronunciarte
con dos que tres “p” basta y sobra.
¿Qué tal pequeña y pobre?
¿Qué tal te parece Perdilusión?
Porque todavía hay
quien sin compasión
te precisa completamente perdida
para encaramarse y erigirse
en tu precioso redentor,
para prodigarte e insuflarte de cuenta nueva
el resplandor de la vida
Sin destruirte no puede reconstruirte
y sin que estés empolvada en el suelo
no puede levantarte,
y no le place continuar
lo que otro empezó,
te necesita plana, llana y arrasada
para edificar su palacio nuevo
y para probar que en su magnanimidad
siempre tuvo la pendeja razón
y aunque se equivoque y pierda
¿No fuiste después de todo
y desde siempre,
pobre y pequeña,
donde el pinche corcho se hunde
y el pesado plomo flota,
donde se destripa en mil pedazos la ilusión?
Y a todo esto no he podido yo
en esta lúgubre pergeñación
eludir a la piruja “p” de por favor.
18-02-12
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Por favor comente este entrada.