Por: Edwin Francisco Herrera Paz
El desequilibrio en la distribución de la riqueza analizado bajo el enfoque de la teoría de sistemas.
Los sistemas sociales, al igual que otros sistemas
dependientes de organismos vivos, caen dentro de la categoría de sistemas complejos.
Como tales, la solución de sus problemas requiere un análisis de sistemas, que
es una ciencia emergente y globaliza un amplio rango de disciplinas como la
biología de sistemas, la biología evolutiva, la ecología, la economía, y muchas
otras.
Una vez puestas las cartas sobre la mesa, vamos a modelar
y a analizar un sistema económico de libre mercado bajo esta perspectiva.
Veamos la figura 1.
Figura 1 |
Este es el dibujo de un sistema
relativamente sencillo compuesto por un recipiente triangular (1) y un conjunto
de tuberías. El recipiente representa la población de un país o una ciudad,
dividida en dos estratos económicos. El área inferior del triángulo rotulada con
una B representa al 20% de la población con un ingreso mayor de 5000 unidades
(este número es arbitrario), compuesta por banqueros, empresarios,
profesionistas con altos ingresos, etc. El área inferior “A” representa el 80%
de la población con un ingreso de 5000 o menos, compuesta por trabajadores
asalariados. En realidad, la estratificación económica de una sociedad es mucho
más compleja y hay que tener en cuenta que este solo es un modelo. A la derecha
del triángulo hay un rectángulo (2) que representa al gobierno, que en este
caso es un simple espectador.
El líquido azul es el capital (que en este contexto
podría equivaler a los recursos económicos del país o ciudad en cuestión). Hay
una entrada de capital que representa las exportaciones, el dinero captado del
exterior por el sistema financiero, las remesas, dinero recién acuñado, etc. El
líquido llega primero a la porción superior del triángulo. Aquí hay una
abertura con válvula que deja pasar parte del capital a la porción inferior.
Podemos decir que el flujo por allí representa los salarios a los trabajadores.
En la parte inferior también hay una salida con válvula.
Esta retorna parte del capital al área superior, y representa el valor agregado
de los productos y servicios, el interés por uso de tarjetas de crédito, etc. El diagrama no incluye una tubería de salida porque no es pertinente a esta
discusión.
En un sistema ideal, las dos válvulas, marcadas con “V”,
estarían finamente ajustadas para que el porcentaje de capital en la parte superior
fuera siempre cercano aunque mayor al 20%, y el inferior, menor de 80% pero muy
cercano a ese valor. Digamos que escogemos como límite (arbitrario) del estado
óptimo, que el 20% superior posea entre el 20 y el 50% de los recursos,
mientras el inferior entre el 50 y el 80%.
Esto quiere decir que las personas que más ganan, nunca estarán muy por arriba
de los 5000, y los que menos ganan no se encontrarán muy por debajo de esta
marca. La diferencia entre ambos compartimientos sería reflejo de las
diferentes capacidades o esfuerzos de los habitantes. Decimos entonces que el
sistema se encuentra en equilibrio estable.
En la vida real, estas válvulas no se regulan solas. En
ausencia completa de controles, la población del compartimiento superior estará
en control de las válvulas y siempre que pueda, intentará maximizar sus
ganancias. Cerrará la válvula superior hasta el límite mínimo posible, y abrirá
la inferior hasta el máximo posible. Por ello, se requiere una unidad que haga
el papel de regulador, que en la práctica es el estado con su sistema de leyes,
cuerpos de seguridad y de administración de justicia.
Veamos la figura 2 a la que se le han agregado
mecanismos de control similares a los utilizados en cualquier otro tipo de
sistema.
Figura 2 |
Agregamos tres tuberías, marcadas como T1, T2 y T3 (T2 y T3 tienen válvulas), las
cuales conectan la población al estado y que tienen como objetivo succionar
capital, en su mayoría en forma de impuestos. Este capital debe ser devuelto en
parte hacia el triángulo en forma de obras sociales e infraestructura, sin
embargo esto no lo dibujé por no ser pertinente a esta discusión.
Además de la tubería hay un sistema de cableado eléctrico
que funciona de la siguiente manera: En la entrada de T2 hay un dispositivo de
control que se activa cuando el capital alcanza ese nivel (50% del capital
total). Este dispositivo tiene como objetivo abrir las dos válvulas superiores
y cerrar las inferiores. La apertura de las válvulas superiores podría representar el
aumento al salario mínimo y los impuestos escalonados. El cierre de las
válvulas inferiores representaría las medidas para disminuir la usura bancaria, la
regulación de la propaganda desleal, la imposición de medidas anti
especulación, y la exención de impuestos a los grupos menos privilegiados.
Estos controles ideales mantendrían el equilibrio, y son del tipo llamado de “retroalimentación
negativa”. Estos servomecanismos forman parte de todos los sistemas biológicos,
sociales, económicos, financieros, artificiales, etc.
Pero, ¿Qué sucede en la realidad en las sociedades
capitalistas de consumo? Bien, un sistema ideal tendría dos características: 1)
El tiempo de respuesta del mecanismo de control ante los cambios sería
sumamente rápido en relación al flujo, y 2) la potencia de la respuesta sería
suficiente para contrarrestar cualquier cambio. Si cualquiera de estos dos
aspectos del mecanismo falla, el sistema comenzará a entrar en un estado de
inestabilidad, lo cual sucede en los sistemas económicos verdaderos. Pero como
los sistemas económicos/sociales son resilientes, pueden absorber una gran
cantidad de inestabilidad antes de su colapso. En este lapso de tiempo se hace
indispensable la adición o el refinamiento de las medidas de control. En nuestro
sistema modelo, podríamos disminuir el tiempo de respuesta haciendo el cableado más
corto, o disminuyendo el nivel de activación del dispositivo de control al 40%
(en lugar del 50%). Otra manera de mantener la estabilidad sería aumentando el
diámetro de las salidas superiores con válvula. Si no se realizan correcciones y falla el
mecanismo, en el transcurso del tiempo el capital se acumulará en la parte
superior.
Ahora veamos de nuevo la figura 2, específicamente la
tubería rotulada como T3. Esta tubería no tiene válvula, pero en su entrada hay
otro dispositivo de control. Este dispositivo tiene como objetivo revertir o abolir la
acción del otro dispositivo, el que se encuentra en la entrada de T2.
O sea, cuando la magnitud de la inestabilidad llega a ese nivel (que podemos llamar
“punto de no retorno”), el dispositivo de control falla por completo y el
sistema entra en lo que se llama “ciclo de retroalimentación positiva”, que en
la mayoría de los casos corresponde a un círculo vicioso (Figura 3).
Figura 3 |
Al llegar a este
nivel el capital fluye libremente a borbotones de la parte superior hacia el estado. En las
sociedades verdaderas eso corresponde a las influencias de los grupos de poder
en el gobierno dadas por el control de los medios de comunicación, el respaldo
económico de candidatos de elección popular de todos los partidos, el lobby
político, los sobornos, etc. Al llegar a ese punto el sistema no solo es
inestable sino que entra en desequilibrio, que es cuando la parte superior del
triangulo se apodera del mecanismo de regulación, y mientras más acumulación de
capital, mas se cierran las válvulas superiores y más se abren las inferiores.
Esto es lo que sucede en la realidad, aunque vale decir
que alcanzar el desequilibrio en una sociedad regulada puede tomar muchas
décadas, y hasta centurias. Los sistemas económicos/sociales de gran escala
como los países reales, no son tan simples como este modelo. Los sistemas
biológicos y sus derivados (sistemas sociales, financieros y económicos) son
muchísimo más complejos, con una gran cantidad de mecanismos de regulación. En
una sociedad real, cada ciudadano y cada organización o conjunto de individuos es
un ente potencial de cambio que hace que el sistema tenga un fuerte componente
de aleatoriedad. Por ello, es sumamente difícil para un pequeño grupo de
hombres, constituido por un presidente o primer ministro, su gabinete y asesores,
decidir cuáles son los parámetros óptimos en el que el sistema se mantendrá
estable. Es imposible para este grupo censar adecuadamente las salidas de cada
una de las partes relevantes del sistema, y cuando lo hacen, generalmente ya es
demasiado tarde y es así como vemos economías fuertemente fluctuantes en las
que además aumenta paulatinamente la brecha económica, y esto es lo que comenzó a experimentar la zona euro y los Estados Unidos unas décadas después de la postguerra, aunque
es difícil saber si ya se alcanzó el punto de no retorno.
La figura 4 muestra el crecimiento porcentual de la economía familiar norteamericana en cinco grupos de ingresos en dos periódos. Se puede ver que en el sugundo período el crecimiento económico por grupos económicos en el gran país del norte comienza a ser inestable.
Figura 4 |
El sistema, una vez que entra en desequilibrio,
finalmente alcanza el colapso (figura 5).
Figura 5 |
Con suerte, este colapso estará representado por revueltas
menores o revoluciones tecnológicas que traerán algo de corrección, pero en ocasiones el único camino para solventar
la situación es una revolución armada, o la creación de una guerra entre
naciones.
Para terminar, veamos cual es la verdadera génesis de la
inestabilidad y el desequilibrio en los sistemas sociales antes mencionados.
Diversos estudios utilizando la
teoría de los juegos han revelado que los seres humanos nos encontramos
equipados con un sistema policial; un sistema de castigo para los que avanzan a
costa de otros. Otros estudios concluyen que la envidia, catalogada por la
Iglesia Católica como pecado capital y designada por muchos como el más vil de
los sentimientos, es en realidad un mecanismo motivacional importante. El hecho
de que miremos la grama del vecino más verde que la nuestra es un motor de
acción con miras a la prosperidad y el
desarrollo personal.
¿Cómo se traducen esos dispositivos sicológicos cuando los
analizamos en la colectividad? Cuando se comparan diversos parámetros económicos
con indicadores de bienestar social, resulta que es la inequidad económica la
que más se correlaciona con los demás. El nivel de educación, de salud pública,
la tasa de criminalidad y muchos otros indicadores se correlacionan mejor con
el grado de inequidad que con cualquier otra medida, incluyendo el PIB y elingreso per cápita.
Al parecer, la inequidad origina una tensión social que
crece proporcionalmente a la magnitud de aquella. Es la consciencia social la
que finalmente se organiza y se rebela contra el sistema, originando protestas,
revueltas y revoluciones. El impacto de esa consciencia social no es únicamente
en la organización de revoluciones. La presión pública es, en sí misma, un
poderoso mecanismo de control de la desigualdad.
Ameba |
Esto en realidad solo es válido en los países
desarrollados, dirá usted. ¿Pero qué sucede en países crónicamente pobres y
desiguales como Honduras? ¿No hemos experimentado ya muchas décadas de
desigualdad sin cambios substanciales? Esa es una pregunta difícil de
responder. Lo único que se me ocurre es que, por encontrarnos muy abajo en la
escalera evolutiva económica, somos extremadamente resilientes. Algo así como
la ameba, que sobrevive en cualquier cloaca o lodazal.
Saludos
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