Por: Edwin Francisco Herrera Paz.
Este 31 de octubre, día de los brujos (por respeto a las mujeres), nacerá oficialmente el habitante humano número 7 mil millones de nuestro planeta tierra. En Honduras para esa misma fecha se espera que la población alcance la risible cantidad (en comparación) de 8 millones.
Pero, ¿Qué problemas potenciales trae el aumento de la población en el mundo? ¿Se volverán realidad las pesadillas maltusianas y moriremos de hambre? ¿Hay alguna solución? Durante el siglo pasado los temores de la humanidad sobre la teoría de Maltus activaron las alarmas de los gobernantes del mundo. El gobierno de China instauró sus medidas antipopulares de control de la población, lo cual aunado al tristemente célebre movimiento eugenésico originó rechazo global al mismísimo término “control de la natalidad.” Pero eso no debe hacernos apartar la mirada del hecho de que el aumento del número de habitantes del mundo representa un verdadero problema.
Para el año 1800 la población del mundo había alcanzado la nada despreciable cifra de mil millones de personas. En los siguientes años la población experimentó un crecimiento aproximadamente lineal, alcanzándose los dos mil millones para 1930. Pero fue el siglo pasado el que disparó el crecimiento exponencial de la población, gracias a las mejoras en la salud pública con un gran impacto en la disminución de la mortalidad infantil, el combate a enfermedades infectocontagiosas, y el surgimiento de los cultivos extensivos. Y en el futuro inmediato estaremos viendo ostensibles mejoras en las ramas biomédicas, que permitirán bajar la tasa de mortalidad de enfermedades relacionadas con la vejez, aumentando la expectativa de vida y con ello la población mundial.
El crecimiento exponencial determinó que para 1974 la población alcanzara los cuatro mil millones, y para finales de siglo los seis mil millones. Actualmente, solo once años después, la población está alcanzando los siete mil millones. Sin embargo el crecimiento se ha desacelerado ligeramente, aparentemente tendiente a alcanzar un máximo en las próximas décadas.
El territorio donde albergar semejante cantidad de almas no es problema. Se ha dicho que con una adecuada distribución, se podría acomodar esta cantidad en el territorio de Francia, manteniendo una densidad poblacional inferior a la de la ciudad de Nueva York. La producción de alimentos y otros bienes de consumo primordiales no ha representado un problema. El mundo produce más de lo que necesita para nuestra supervivencia. Sin embargo, un gran porcentaje de la humanidad aun se encuentra bajo la línea de extrema pobreza, especialmente en países de África y América (como Honduras).
Se ha demostrado que un método fiable para disminuir la tasa de natalidad es aumentado la calidad de vida. Los países en la cima en cuanto a ingresos per cápita exhiben la menor tasa de natalidad, mientras los países más pobres presentan las mayores. Esto es así por la sencilla razón de que el costo energético de criar un hijo en un país desarrollado es muy superior al de un país pobre. Como la probabilidad de supervivencia es menor en el país pobre y el costo energético de la crianza bajo, compensatoriamente se aumenta la tasa de natalidad. Por ello en la actualidad son los países más pobres los que están contribuyendo con la explosión demográfica.
El capitalismo moderno ha representado un importante elemento en el desarrollo de los países industrializados por lo que, a simple vista, parece una buena idea intentar exportar sus principios de libertad de acción y libre mercado a los países pobres. Se ha dicho que bastaría con aumentar el producto interno bruto de estos países para estabilizar la población mundial, sin embargo el problema no es tan simple.
Dijimos que la producción mundial es más que suficiente para mantener a todos los humanos de la tierra. Sin embargo, tanto como el 20% de la producción se queda en los Estados Unidos, la primera economía del mundo, y una cantidad similar en Europa y los países industrializados de otros continentes. Es decir, más de la mitad de la producción está destinada a un pequeño porcentaje de la población. Se ha calculado que la mitad de la producción mundial de alimentos se pierde, ya sea en el proceso de transporte o en la basura de las casas y restaurantes de los países industrializados.
Basura electrónica en la India |
Gigantezca isla de basura flotando en el Pacífico |
Las estrategias, entonces, no deben ir encaminadas a frenar el éxodo del campo a la ciudad, sino en preverlo y tomar las medidas pertinentes en la planificación urbana a largo plazo. De la misma manera, la solución a los problemas del mundo no se encuentra en el aumento del consumo de energía total. El alivio de la situación mundial no está en elevar la producción muy por arriba de la actual, sino en distribuir mejor y más eficientemente los recursos, tanto entre países, como dentro de los países. En suma, reducir la desigualdad en el consumo energético.
El mundo atraviesa en estos momentos una etapa de transición como pocas en la historia de la humanidad. El género humano no solo está creciendo en número, sino en complejidad gracias a la mejora en las comunicaciones. Nunca antes los ciudadanos comunes habíamos estado tan interconectados. Los gobiernos actuales se están volviendo ineficientes en la búsqueda de soluciones a los problemas apremiantes de la humanidad, y es por ello que nos encontramos a las puertas de una revolución ideológica y social sin precedentes conducente a la búsqueda de mejores sistemas de gobierno, de distribución de la riqueza y del poder.
Pero mientras ese momento llega, brindemos por el nacimiento del habitante número 7,000,000,000 el próximo día de Halloween. Esperemos que no sea un brujito. ¡Salud!
En el siguiente video Richard Wilkinson muestra la manera en la que en países industrializados, es la desigualdad en los ingresos económicos la que se correlaciona con importantes indicadores sociales, y no el producto interno bruto.
Mapa de la tasa de asesinatos por país. Se puede ver una fuerte correlación entre la desigualdad económica por país (ver mapa anterior) y la tasa de asesinatos por país. |
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