Desde hace algún tiempo hay una cuestión que me ha venido angustiando. Y no es algo trivial. Se trata de un algo relacionado con mi autoestima. O mejor dicho, un asunto por el que he estado a punto de recategorizarme. Con vergüenza se lo digo. Desde hace algunos días he estado considerando la posibilidad de que soy bruto.
¿De qué se trata? Pues ni más ni menos que del tema de la tan mencionada y afamada Asamblea Nacional Constituyente. Verá, por más que me he devanado los sesos, no logro entender, no logro descifrar, me es imposible dilucidar en qué aspecto puede una Constituyente mejorar el caótico estado en el que se encuentra nuestro estado. Pero si todas esas honorables personas del gobierno y de la resistencia (con el perdón de mis amigos de la resistencia, que son muchos) dicen que es bueno, debe ser bueno, por lo tanto yo debo ser muy bruto.
Afortunadamente para mi amor propio, ayer leía un artículo sobre unas técnicas de biología molecular en una prestigiosa revista científica inglesa. Al terminar de leerlo me dije a mi mismo: “Mi mismo, la biología molecular es una materia algo complicada. Un constructo molecular no es fácil de entender aun para los académicos, y vos lo entendés a la perfección. Entonces….. mmmmm…. Esperá un momento. Tal vez a fin de cuentas no seas tan bruto.” Después de esto me puse a reflexionar un poco más a fondo sobre el asunto y llegué a estas conclusiones.
No se equivoque. No estoy hablando de algún Canciller de la República experto en el diseño de ropa interior femenina. Realmente, ¿Se ha puesto a pensar para qué sirve la ropa interior? Usted me contestará que la popular ligereé, al menos la femenina, tiene como objetivo despertar la sensualidad en la pareja. Bueeeeeno, aunque no comparta su opinión ya que personalmente considero mucho más sensual la ausencia de ropa interior, le voy a tomar su opinión como válida.
Algunas prendas tienen un objetivo práctico. Los sostenes, también llamados sujetadores o brazieres, tienen la finalidad de levantar el busto de las féminas de tal manera que este se yerga sobre el pecho, como desafiando las ecuaciones de Newton que describen las reglas que gobiernan la atracción entre dos masas, es decir, la ley de la gravedad. De igual manera, los calcetines masculinos también tienen un fin práctico. Nos protegen del frío y del roce con los zapatos.
Pero contésteme usted, amigo lector, ¿Para qué en este mundo sirven los calzoncillos masculinos? Pero por favor conteste sinceramente. Porque según una investigación detallada que hice un día, me di cuenta que el único efecto de la cuestionada prenda es recalentar los asuntos masculinos disminuyendo el conteo de espermatozoides provocando, por ende, una disminución de la fertilidad (más marcada con los ceñidos bóxers o los biquinis que con los “manga larga” de patitos que llegan hasta la rodilla y que tanto le gustaban a su mamá). Si usted es un hombre macho masculino, lo reto a que haga la prueba. Deje de usar calzoncillos por un mes. Verá que aparte de su pareja (a quien probablemente le guste) nadie notará la diferencia. Y si usted adopta la costumbre de por vida se ahorrará una pequeña fortuna.
Bueno, bueno, pero ya no lo distraigo en asuntos de costumbres personales y voy al grano. Como se habrá enterado, a mí me gustan mucho las metáforas, y la metáfora aquí es esta: Una Asamblea Nacional Constituyente tiene la misma utilidad en beneficio de Honduras que la que tiene un calzoncillo para un hombre. Absolutamente ninguna. Bueno, tal vez usted piense que estoy siendo demasiado severo, y puede que tenga razón. Se me ocurre que la Constituyente si tiene dos utilidades, pero no para Honduras. La primera, poner de nuevo en la presidencia a algún ejemplar de alguna especie en vías de extinción o ya extinta, como por ejemplo el pájaro dodo o algún dinosaurio. La segunda, mantener en la presidencia al actual presidente hasta que se calcifique de viejo o hasta que se aburra, lo que suceda primero.
Por eso, la alharaca de alguna gente del gobierno sobre instalar una Constituyente es el primer brutal y grandioso ¡¡¡¡¡¡¡¡¡DESACIEEEEERTOOOOO!!!!!!!!!!
Si le preguntan, “¿Es usted masoquista o bruto?” ¿Qué respondería? Tal vez que ninguna de las dos. Pero si no le dan opción es probable que se decida por “masoquista,” pues para muchos es menos bochornoso que se le impute un estigma relacionado con la inclinación sexual, que con la deficiencia mental.
Pues bien, ¿Sabía usted que el gobierno considera que usted y yo somos masoquistas, o quiere hacernos pasar por brutos, o ambas opciones son correctas? ¿No me cree? Yo no suelo ver televisión pues considero que el embobamiento que produce el aparatejo cúbico o paralelepípedo solo puede compararse con un proceso de zombificación, pero inevitablemente cruzo por algunos sitios en donde siempre hay un televisor encendido. Desde un tiempo atrás, cada vez que paso frente a uno de estos aparatos se encuentra al aire un anuncio del gobierno que reza: “Apoyemos todos la tasa de seguridad.”
La cuestión es esta: Si usted es un masoquista, está excelsamente bien que apoye la tasa de seguridad, porque la mencionada tasa es igual a que a usted le metan algo por la retaguardia (un puñal, no sea mal pensado), y a menos que a usted le guste que le metan algo (un puñal, por ejemplo) por la retaguardia, usted no apoyaría la tal tasa de seguridad, a menos que, recalco, sea un redomado y enloquecido masoquista, en cuyo caso no solo apoyará la tasa de seguridad sino que la deseará con locura.
La otra opción es la menos atractiva. Es decir, usted apoyará la tasa de seguridad si es un bruto sin remedio, y le diré por qué. ¿Se ha puesto a calcular la cantidad de dinero que desembolsa el gobierno en la publicidad “Apoye la tasa de Seguridad”? A ojo de buen cubero, estimo que el monto desembolsado en los mencionados anuncios es alrededor de tres veces lo que el mismo gobierno recibirá por la susodicha tasa. Hay algo que no cuadra. O de verdad los hondureños somos muy brutos, o hay algo que huele ultramal. Sería muchísimo mejor que el gobierno ahorrara en publicidad y que todo ese dinero lo depositara en el fondo indicado por la Ley de Seguridad Poblacional, a que nos toque a los ciudadanos trabajadores el bolsillo. ¿Pero entonces por qué lo hacen?
Hay dos motivos. 1) A la gente del gobierno le importa un pepino las finanzas suyas o las mías. De hecho, mientras más pobres nosotros (la gente común y trabajadora) y más ricos ellos (el gobierno y sus patrocinadores) muchísimo mejor. Más poder tienen ellos. Y 2) Porque el gobierno y los medios de comunicación masiva mantienen lo que se podría llamar una perfecta simbiosis. Los medios de comunicación le ofrecen a los gobernantes una linda y olorosa imagen de estrella de Hollywood con la que ocultar la podredumbre (aun antes de las elecciones), y a cambio los gobernantes mantienen la vida de lujos de los magnates de la comunicación y sucedáneos (a lo cual no me opondría si el dinero saliera del bolsillo de los mismos gobernantes).
Ahora lo ve con claridad. El dinerito que sacarán de la tasa de seguridad no es exactamente para seguridad. Es para perpetuar la espiral de derroche desmedido. En pocas palabras, la Tasa de seguridad descargará del gobierno la responsabilidad que le corresponde de costear la seguridad de los ciudadanos dejando un efectivo libre que será utilizado en los excesos de los gobernantes, incluidos la publicidad sin medida y el financiamiento de algunas campañas políticas. Patada y mordida.
Mientras, al mismo tiempo la recesión campea, el hambre aprieta, los servicios de salud pública continúan (y continuarán) empeorando, no existe la más mínima esperanza en mejorar la educación, y la corrupción y el clientelismo político van de mal en peor, todas estas VERDADERAS causas de la delincuencia en nuestro país. Y nosotros nos rascamos la cabeza cuando a la vez nos preguntamos: ¿Qué pecado ancestral estamos pagando los hondureños para merecernos estos gobernantes? A menos que, claro está, en realidad seamos muy brutos.
Por eso, el gasto desmedido en publicidad por parte del gobierno, y el garrotazo representado por tasa de seguridad, son el segundo monumental y egregio ¡¡¡¡¡¡¡¡¡DESACIEEEEERTOOOOO!!!!!!!!!!
Aunque existen tantos desaciertos que se podría escribir un libro titulado “Los mil y un Desaciertos del gobierno,” por hoy es suficiente. Hoy, me he dado cuenta de que no soy bruto, o al menos no tanto como al gobierno le gustaría.
Saludos.
Rafael Leonardo Callejas
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Excelente comentario, la tasa de seguridad no va a resolver los problemas que enfrentamos de inseguridad, pero si los asuntos de la clase politica que se ha enfermedado con el Poder.
ResponderEliminarBien dicho, Doctor. Pero por mas que demos patadas, lo que está sucediendo es inevitable. Estamos en poder de una clase política dictatorial que jamás va a consultarnos nada. Solo a fuerza de protesta podemos romper el muro de sus abusos. Y allí es donde entra la cacareada Asamblea Constituyente. Entendemos que dicha constituyente no es la solución a los problemas de nuestra nación. Es erróneo percibirla o denegarla como tal, ya que nunca nadie ha pretendido tal cosa. La Asamblea Constituyente simplemente permite una nueva distribución del poder político de una manera mas amplia entre sectores públicos insurgentes, sectores que antes no habían tenido cabida dentro de la mafia demagógica enmascarada como bipartidismo. Quieras o no, es inevitable que nuevos actores políticos entren por esa puerta, y eso lo saben muy bien los políticos y empresarios tradicionales, esos que se han enriquecido a costillas nuestras bajo el presente esquema, saben bien que una nueva constituyente, por más que la traten de manipular, no estará enteramente bajo su control, como lo está el estado constitucional ahora, y esa posibilidad es de terror para ellos. Recordemos que un proceso constituyente es, ante todo, un proceso de renovación del contrato social, y por tanto, un asunto que debe ser contemplado primeramente desde la perspectiva antropológica cultural, y no desde el pragmatismo político. Por que a fín de cuentas, Doctor, usted se está rebelando contra el status quo, no es cierto? Se rebela contra el status quo pero al mismo tiempo no quiere constituyente. Entonces? Quiere ser rebelde pero controlado, es eso? No se puede, Doctor, entienda la estructura antropológica a la que estamos sometidos, esa es nuestra dictadura. Quien denuncia el status quo pero teme una constituyente se convierte en un constipado, que empuja pero a la vez soca. No se puede ser rebelde y tradicional al mismo tiempo, o es lo uno o lo otro. Usted dirá que lo que necesitan las autoridades es trabajar con honestidad y respetar las leyes. Pues bien, le tengo noticias, NO LO VAN A HACER NUNCA. Ergo, el proceso constituyente, que por imperfecto y manipulable que sea, inevitablemente conduce a una redistribución del poder político, y a una renovación de liderazgos. De modo pues que deje atrás los temores y camine hacia adelante. No vea a la Asamblea Constituyente desde una perspectiva política por que terminará amargado. Véala desde una perspectiva biológica, y verá que un biólogo de prestigio como usted prontamente encontrará su justificación estructural y dinámica. Despues de todo, seguimos siendo biología molecular, no es cierto?
ResponderEliminarPero sigue sin contestarme cómo una Constituyente puede lograr eso. Ya analicé todas las posibilidades y lo único que sí lograría el gobierno sería callarle la boca a la resistencia.
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