Por: José María Castillo Hidalgo
¿En la casa de la montaña?
¿En la casa del barrio?
¿Dónde estuvimos reunidos
departiendo por última vez?
Ya no vive mamá
tan solo sueña
en mis recuerdos.
¿Y la casa grande dónde está?
¿Y los pasos suaves de papá?
El sonido callado de sus movimientos
la taza de té quemante
la sonrisa transformante
el estrépito de las bocanadas de
humo
del silbido vivificante.
¿Dónde están?
Ya no vive papá
tan solo me espera
en mis recuerdos.
Todo el jolgorio
de la marimba de nosotros
las corridas, los rezos,
las quinielas, los jarrones,
las macetas, los sofás
y pamplinas
ya no existen papá,
ya no existen mamá,
Tan solo nos acompañan, derritiéndose,
vívidos e insolentes
en nuestros sueños.
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