Dr. Edwin Francisco Herrera Paz
El presidente electo de la república de Honduras ya ha escogido al menos dos personas para formar parte de su gabinete de ministros. Por un lado, Oscar Álvarez posee un amplio currículum en la lucha contra el crimen, desarrollado principalmente durante el gobierno de Ricardo Maduro Joest. Álvarez demostró una sobrada capacidad en su lucha contra la delincuencia, especialmente frente a las llamadas “maras”, y además, haciéndole frente a grupos de secuestradores, variedad de delito que se encuentra hoy en día en un repunte alcanzado niveles nunca antes vistos en nuestro país, especialmente en mi ciudad San Pedro Sula. Pienso que ha sido una buena elección por parte de Lobo Sosa, y asimismo, uno de los motivos de su triunfo. El virtual titular del ministerio de seguridad ha dicho que aprovechó cada oportunidad durante su estadía en el gigante del norte, donde fungió como vicecónsul, para aprender sobre el funcionamiento de las instalaciones carcelarias.
Por otro lado, tenemos al empresario sampedrano Mario Canahuati ocupando la titularidad de nuestra Cancillería. El día de ayer leía en un diario local el currículum vitae del virtual nuevo Canciller de la república: ingeniero industrial de la universidad de Atlanta, con un postgrado en corte y confección de ropa íntima en Milán, Italia (cuna de mi bisabuelo). No pude menos que imaginarme al Canciller en una charla, o en algún coctel, haciendo buenas migas con el presidente de aquel país europeo. Mientras el ingeniero Canahuati diera una cátedra de cuál es la mejor manera de confeccionar una prenda íntima femenina, el presidente Berlusconi demostraría las diferentes maneras de quitarla (materia en la que el presidente tiene maestría y doctorado). En la reunión podría estar presente el ex presidente de USA Bill Clinton, quien le daría un toque magistral al tema, especialmente por su experiencia en asuntos “orales” u oratorios.
A los dos hondureños arriba mencionados (y a otros) que tendrán la dicha de gobernarnos, les recordamos que su oportunidad histórica es única; que como nunca antes en la historia de nuestra nación, tendrán la mirada expectante y anhelante de millones de compatriotas escudriñando cada acto; que Honduras no volverá a ser la misma ¡jamás! después de los sucesos acaecidos en junio del año recién pasado. Esperamos que la polarización y el enfrentamiento entre hermanos no hayan sido en vano. Los hondureños, estaremos vigilantes, y como dijo Thomas Jefferson, tercer presidente de los Estados Unidos, “el precio de la libertad es la eterna vigilancia”. Saludos.
Ojalá que el nuevo gobierno capitalice la experiencia de los acontecimientos recientes y sepa mirar los países cercanos, para no caer en sus abismos.
ResponderEliminarPara nosotros,los venezolanos, Honduras ha sido un ejemplo, aún cuando la forma en que se dieron los acontecimientos, pudieran ser cuestionadas (no por su resultado, sino por su forma). Lo que quedó patente es que, a veces, no se pueden seguir estrictamente las reglas para salvar al país del infierno que ya viven los que siguieron la senda que Zelaya estaba a punto de elegir cuando se lo impidieron
Un saludo!
Mientras la influencia geopolítica estadounidense siga impidiendo el desarrollo auténtico de la hondureñidad, seguiremos nadando en círculos.
ResponderEliminar¿Quién saca a los gringos?