martes, 16 de octubre de 2012

¿POR QUÉ UNA MUJER NUNCA REALIZARÁ UNA HAZAÑA COMO LA DE FELIX BAUMGARTNER?

Por: Edwin Francisco Herrera Paz
Paracaidista de alturaHace un par de días, el saltador extremo Felix Baumgartner rompió el record del salto más alto y de la velocidad más alta alcanzada en un salto, al arrojarse desde una altitud de casi 40,000 metros. Algunos creen que esto no es mucho, pero es tres veces la altitud de crucero de un avión de pasajeros. A esa altura la tierra ya se ve redonda, y la atmósfera se aprecia como la fina capa azulada que cubre nuestro planeta.

Paracaidista cruzando barrera del sonidoCelebrando esta épica hazaña, un amigo comentó que para realizar algo parecido él debía tomarse unos cuantos tragos en las rocas para agarrar valor, pero que sentía una gran envidia. Una amiga dijo que pronto las mujeres también realizarían una hazaña similar, a lo que yo me opuse vehementemente; pero antes de que las feministas me acusen de machisto quiero explicar el por qué no creo que una mujer logre alguna vez hacer una hazaña similar.

Visualice el lector por un momento a una heroica fémina con su traje presurizado parada al borde de la cápsula estratosférica, lista para arrojarse al vacío. ¿Ya? Pero ¡Oh sorpresa! En el hombro derecho lleva colgada una portentosa cartera con un gran logo. En ella porta las más variadas herramientas, y lo más importante, su preciado maquillaje.

mujer desfilando por la pasarela con cartera giganteBien, se tira la mujer, pero transcurridos unos 5,000 metros de caída libre se le ocurre algo. Ellas piensan en todo, así que a la delicada pero valiente dama no se le ha escapado que al tocar tierra un mar de periodista la asediará, le tomarán muchas fotos y será famosa, así que no puede llegar sin maquillarse. Saca de su bolso su estuche con todo tipo de pinceles, brochas, polvos y lápiz labial. Debe apresurarse porque pronto romperá la barrera del sonido. Para que el lápiz labial no se salga de la línea de los labios, mandó a colocar un gran retrovisor en la frente del casco, así que con un espejo la faena le resulta cómoda.

Mujer conduciendo y maquillandosePor fin rompe la barrera del sonido una vez completada la labor después de unos 10,000 metros de minucioso repello facial, pero se siente incómoda con sus manos desocupadas, así que saca su BB del portentoso carterón y se pone a chatear con su amiga favorita. La conversación se pone amena. Le cuenta lo bonito que se ve su casa desde la estratósfera, le habla de lo bella que se miraba aquella estrella fugaz que vio pasar de cerca, que estaba buena para mandarse a hacer un par de aritos ya que las estrellas fugases son piedritas, etc. etc. etc.

mujer conduciendo y chateando por teléfono

A estas alturas la fémina ya está desesperada. No haya la hora en la que se abrirá el par de paracaídas gigantes (uno para ella y el otro para su cartera). Verán, lo que sucede es que tiene que ayudar a su hijito con la tarea de la escuela. Le dejaron unos recortes y no le quedó tiempo antes del salto, así que se trajo un rimero de revistas para recortar las figuritas que le pidió la maestra, todo mientras se desliza suavemente en su paracaídas hasta tierra firme. Después de esto ya se puede dar el lujo de dedicarse a las entrevistas.

¿Ahora entienden mi razonamiento? Una mujer nunca hará una hazaña como la de un hombre. Claro que no, porque su hazaña será INFINITAMENTE MÁS COMPLICADA Y HEROICA, una gran y gigantesca aventura multitask que solo una de esas extrañas e interesantes criaturas es capaz de realizar. 
muchas cosas dentro de cartera

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