Ayer me encontré con un amigo al que le pusimos por apodo
Mango Chupado, por su peinado alisado y ponderoso. En adelante solo me referiré a él
como “Mango” y no por su nombre, ya que en un gobierno autocrático, represivo y
autoritario como el que tenemos en Honduras, lo que me dijo es delicado y podría
dar origen a represalias. Además, Mango trabaja con el estado, le vigilan su
cuenta de Facebook 24 horas y no se puede desahogar en las redes sociales, tiene
que cuidar su chambita, y pues bueno, cada vez que me ve se no para de hablar
el pobre hombre.
Les diré lo que me dijo a grandes rasgos, el panorama, porque
de los detalles y las palabras exactas no me acuerdo. La conversación fue más o
menos así:
Mango: “Mirá Edwin, cuando vayás a un negocio, de comida o
de cualquier cosa o cuando comprés algo, y te preguntes si querés factura contéstales que no. Y cuando prestés algún servicio no des factura. Hay que regresar al comercio informal”.
Yo: “Pero oíme Mango, vos sabés que nuestros impuestos le
sirven al país. Con esos impuestos se paga a los médicos y a los maestros y a
esa gran cantidad de gente que trabaja para el gobierno. Además, con eso se
construyen carreteras y hospitales”.
Mango: “Mirá Edwin, yo pensaba así. Todavía recuerdo con
nostalgia aquellos anuncios de antaño donde se pedía a la gente que reclamara
la factura porque “la factura es beneficio de todos. Exíjala”. Pero he cambiado
de opinión por completo. El actual gobierno tiene johdida a la industria y
empresa privada. Los trámites burocráticos para iniciar un negocio son
increíblemente engorrosos, y cuando lo lográs poner te caen de inmediato con el
1.5%. El resultado es una empresa privada mermada, ya nadie quiere invertir en
Honduras, para el hondureño promedio el sueño es trabajar de paracas en el
gobierno y se acabaron los emprendedores, aun en San Pedro Sula, una ciudad de
empresa desde sus inicios.”
“¿Sabés qué es lo más triste de todo? Que cuando le
reclamás a la gente del gobierno que por qué hay tanto desempleado en Honduras
cuando el presidente a inicios de su gobierno pasado prometió 600,000 empleos,
lo que hacen es echarles la culpa a los empresarios. Diz que porque ellos son
los llamados a dar empleo. ¿Te imaginás Edwin? Creería que son ignorantes si no
supiera que lo que son es mitómanos y corruptos. ¿Cómo se va a generar empleo
si merman la empresa privada con tanto impuesto? Nambe no se vale, no es justo para el
hondureño trabajador.”
“Y lo peor es que presumen de reducir la migración a USA
cuando lo que hacen aumenta esa migración, porque al pobre Juan Pueblo no le
queda de otra que buscar el “American
dream” porque si no aquí se muere de hambre.”
“Bueno, todos esos impuestos estarían bien si se
construyeran los hospitales que vos decís, pero como médico te consta que en
Honduras los enfermos de cáncer se mueren por falta de acceso a una
quimioterapia. El sistema de salud pública, excelentemente diseñado por un gobierno
liberal, está prácticamente colapsado. La Seguridad Social saqueada, y los
seguros médicos para atención privada son impagables por la empobrecida
población.”
“Y de las carreteras con las que tanto sacan pecho ni
hablar. ¿Has ido a Copán Ruinas? Yo fui a mediados del año pasado y esa
carretera parece que estás dando un tour por la luna de tanto cráter. Y eso que
es un sitio de turismo mundial, pero ni por eso. Cuando uno viaja a los vecinos
Guatemala y El Salvador siente el contraste. Aunque no hubiera fronteras ni
aduanas se sabría cuando se entra a Honduras por el pésimo estado de las
carreteras en comparación con los vecinos. Y cuando caen tres gotas de agua,
esas carreteras nuevas no aguantan ni una corrientilla cuando ya se están
desboronando. Ahí es donde uno se entera que la capa de asfalto es delgadísima.
Esas carreteras parecen una oblea de delgadas, de esa que se les echa miel.
Pero claro, como se fue la carretera, correrán a dar concesiones a sus amigos para
reconstruirlas. Su reparación costará un millón, pero ellos la valorarán en 50,
mita y mita…”
“El gobierno se jacta de su gran logro en educación, que es
cumplir con las 200 horas de clase, pero aparte de eso la educación pública
sigue siendo deficiente, y el presupuesto para ese rubro se ha disminuido. ¿Te
imaginás Edwin? Todo el mundo sabe que los países que han salido de la miseria
es porque han multiplicado su presupuesto en educación. ¡Y nosotros lo
reducimos! Eso sí. Aumentamos el presupuesto en Defensa como si estuviéramos en
guerra, diz que para disminuir el crimen, pero no es la policía que se ha
mejorado, sino los soldados que le jalan las bolsas a los achichincles del
presidente, que para montarle riata a la gente desarmada si son la ley y muy
valientes.”
“Y hablando de crimen, esa es otra cosa con la que se
llenan la boca. Dicen que hay vida mejor porque se ha reducido el crimen. ¿Vos
crees que esa reducción corresponde con la millonada que nos sacan en tasa de
seguridad? A pues sí!!!! Bien loco estás si crees que ese dinero realmente va a
seguridad… Y claro, ellos si sienten vida mejor, porque quien no va a sentir
eso cuando anda aplastando en Toyotas Prado que hasta dejan encendidos cuando
se bajan para que el carro esté heladito para cuando regresen. ¡Y el soldadito
que nos cuesta millones jalando las bolsas del super, muy lindo él! Eso sí es
lindo, eso sí es vida mejor, mirá... Pero a la gente común la siguen matando y
lo que pasa es que no lo reportan. Una masacre donde mueren 10 lo toman como un
solo evento criminal, y ya ni sale en los periódicos porque como dicen, todos,
y oime bien, TODOS esos medios tradicionales están tarifados.”
“Y los medios de comunicación... No sé si te acordás de aquellos días
cuando estábamos en la escuela, cuando mirábamos tele y nos enojábamos de tanto
anuncio que ponían. Que manteca Clover Brand, que churritos Fiestas, que este
producto y el otro... Daban 10 minutos de programación y 15 de anuncios. Eso
mostraba una empresa privada saludable, con mucha competencia. ¿Mirá ahora esos
noticieros capitalinos tarifados de la noche? ¡Ni un anuncio! Todo lo que pasan
son noticias positivas del gobierno. Claro, pura propaganda disfrazada de
noticias.”
“Haceme caso Edwin, si querés informarte mirá noticieros
internacionales. Si ves los locales estarás perdiendo valioso tiempo de tu
vida. Y los periódicos no digamos. Ya no vemos los sesudos, ponderados y
objetivos editoriales de Tiempo, La Prensa, el Heraldo y la Tribuna. Ahora ya
más bien parecen revistas del corazón. El periodismo se ha vuelto en Honduras
una ocupación vergonzosa. Si querés ver noticias de verdad sobre lo que pasa en
Honduras, revisá el NY Times, Los Angeles Times, The Economist, The Guardian y otros periódicos internacionales,
porque los locales solo sirven para lanzar vivas al gobierno y justificar sus
mandrakadas.”
“Te voy a decir a donde va ese dinero que pagas en
impuestos cuando pedís o das facturas. Una buena parte va para los exorbitantes
sueldos de los mandos altos e intermedios cachurecos. La mayoría de esta gente,
no son técnicos con altos conocimientos sino jóvenes imberbes y sin experiencia
manejados por el que ocupa la silla presidencial, eso sí, muy beligerentes y
pendencieros ellos, hábiles en defender la corrupción. Algunos de estos
jóvenes, y a mí me consta, hasta el título les regalaron cuando eran activistas
del FUUD en aquellos tiempos. No te extrañés entonces del pésimo desempeño de
este gobierno.”
“Otra cantidad nada despreciable va las cuentas personales
de jefes militares bien pisteados, y para munición y equipo de los “carga
bolsas de supermercado”, para las bombas lacrimógenas que les tiran a esos diz
que revoltosos que protestan por gusto nada más porque este gobierno tiene este
país hecho todo un producto de la digestión intestinal. En esos menesteres se
van unos cuantos miles de millones”.
“Otros cuantos miles de millones se gastan en los medios
tarifados. Verás, a ellos no les gusta que les digan así, y hasta amenazan con
demandar a quien ose insultarlos con esa oprobiosa ofensa… Pero resulta que
hasta la Biblia dice que por sus frutos los conoceréis, y el fruto de los
tarifados es evidente: puro excremento adulador del gobierno. En estos medios
se van otros miles de millones de los impuestos que pagamos los hondureños.”
“Y bueno, vos ya conocés el caso de los 1,300 millones que
presuntamente se peinaron los diputados de los fondos departamentales. Pero
eso, Edwin, es solo la punta del iceberg. ¿Cuánto más no les pagarán en el
tilín tilín cada vez que quieren que se apruebe alguna ley que los beneficie,
como aquella donde les bajaron las penas a los corruptos entre muchas otras?
Muchos millones.”
“En fin, ya no te canso Edwin. Por esas razones es que ni
pido ni doy facturas. Cuando me preguntan en algún negocio si la
quiero, no solo les digo que no, sino que me encargo de explicarles el por qué.
Les digo que mejor se embolsen ellos ese dinerito de los impuestos que al fin y
al cabo con eso pueden hacer crecer su negocio en beneficio de la economía de
la patria y de ellos mismos, o que le den un bono a los empleados que también
así se activa la economía. ¿Pero para que terminen en una cuenta en Suiza o
Gran Caimán o en el derroche de “burrócratas” sibaritas en sus fiestas “fancy”
y sus innumerables lujos? No señor, mejor no. Ni pido ni doy facturas porque estas
hace un tiempo que ya no son en beneficio de todos”.
Hasta aquí llegó mi conversación con el popular, elocuente
y dicharachero Mango, que ya no me dejó articular ni media palabra. Lo dejé que
arrojara eso que lo tenía atosijado entre el pecho y la garganta. Estoy seguro de
que esa noche durmió mejor.
Edwin F. Herrera Paz
San Pedro Sula, 31 de enero de 2017