POR: JOSÉ MARÍA CASTILLO HIDALGO
A pesar de que parece
inevitable que en los libros de Historia aparezca como una horrenda mancha el
imperio de la criminalidad prevaleciente durante la administración de Lobo,
surge como una medida desesperada e improvisada el nombramiento del
politodologo hondureño Arturo Corrales como superministro comisionado de
Defensa y Seguridad.
¿Cuál será su misión? ¿Acaso revertir las estadísticas de la criminalidad? A estas alturas parece una quimera, lo que en todo caso ha dado lugar a las especulaciones de los observadores de oficio. Tal parece que precisamente ese nombramiento NO tiene nada de improvisado sino que es parte de un plan fríamente orquestado. Sólo que nada que ver con seguridad sino que es parte del juego político con miras a la próximas elecciones. ¿Ud. qué opina?