Por: Edwin Francisco Herrera Paz
El mundo está cambiando. Las ciencias informáticas han revolucionado la forma de pensar, investigar, de comunicarse, hacer amistad y hasta de participar en los asuntos públicos y privados. Esta revolución se encuentra en estos momentos en pleno auge y sus consecuencias comienzan a ser visibles.
Un aspecto importante de la revolución informática es que le ha dado al ser humano común y corriente una pequeña tajada del poder. Hasta hace muy poco las democracias se sustentaban enteramente en el sistema de pesos y contrapesos -descrito por Montesquieu en “El Espíritu de las Leyes”- y alrededor del mundo muchas naciones adoptaron una estructura gubernamental de tres poderes independientes.
Este tipo de configuración es preferible al poder absoluto ostentado por las monarquías, típico de los estados feudales. El poder se alterna y el ciudadano común tiene la opción de participar en la elección de sus gobernantes, además de contar con una representación en uno de los poderes (aunque en muchos casos esta representación es solo nominal). A pesar de esto, la participación del ciudadano es en extremo limitada. Detrás del poder político aun se encuentran grupos o élites dirigiendo los destinos de las naciones. En su mayoría, estos grupos están formados por familias que ostentan el poder económico, y además, la tenencia de una herramienta poderosa: los medios de comunicación.
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El cuarto poder está pasando de unas cuantas manos para distribuirse entre los ciudadanos comunes. Mediante las redes sociales, los blogs y el correo electrónico el hombre (y la mujer) común es capaz de llegar al público con sus ideas, que tendrán buena acogida y se difundirán en la red en la medida que la colectividad las considere aceptables y buenas. Las herramientas de la web se encuentran en proceso de convertirse en verdaderas redes democráticas, fuentes de ingenio y solución a problemas que utilizan la inteligencia colectiva para moldear las opiniones e influir sobre las decisiones públicas.
Y la mejor noticia es que cualquier ciudadano con un dispositivo de conexión a la red puede hacerlo. Cualquiera puede -con una buena idea planteada en el momento correcto- influir sobre los acontecimientos de su nación, y hasta del mundo. Lo insto a que forme parte de la red democrática. A que haga llegar sus opiniones, al menos a sus amistades de la red. Es probable que, aun sin saberlo usted, su brillante idea cambie el rumbo de los acontecimientos. Esto lo puede hacer por varias vías.
1) Facebook y otras redes sociales. Emita sus ideas y opiniones (con las reservas y cuidados de cada caso) a su círculo de amigos. Si una idea u opinión de alguno de sus amigos le parece digna de ser escuchada, compártala a la vez con sus amigos. Las ideas buenas o creativas se difundirán en la red epidémicamente. Participe usted en esta difusión.
2) Correo electrónico. Al igual que una red social, el correo electrónico es un medio adecuado para difundir las ideas. No reenvíe correos que no considere importantes, y no utilice el correo electrónico únicamente para entretenimiento. Mantenga dentro de su lista de contactos algunas personas que usted considere de influencia en la comunidad. No tenga miedo de esparcir sus ideas por este medio si usted cree que son dignas de ser escuchadas.
3) Blogs. Si usted es de esas personas a las que las ideas le fluyen a borbotones como agua de manantial, o tiene habilidades particulares que desea compartir con un público mayor, o siempre quiso ser periodista pero sus padres lo obligaron a ser abogado (por favor perdónelos) los blogs se hicieron para usted. En la actualidad, es muy sencillo abrir su propio medio de comunicación escrito. Para ello existen en la red varias opciones, entre las que se encuentran Blogger y WordPress (entre otras). Con un poco de práctica y la ayuda de su hijo de 10 años pronto podrá ser un experto bloguero. Además, existen opciones gratuitas que le permiten difundir el contenido de su blog al público.
Solo un consejo adicional: mantenga sus opiniones e ideas dentro del ámbito de las buenas costumbres. No ofenda ni insulte ya que perderá credibilidad. No ataque a las personas, sino a las ideas y los malos procederes. Argumente de manera lógica evitando en lo posible las posiciones emocionales.
Bien. Ya usted está listo para ser parte de la red democrática y cambiar al mundo, y recuerde que nunca antes en la historia el ser humano común ha tenido tanto poder sin moverse de la comunidad de su casa. Utilícelo.
Saludos.